Mañana fría de domingo en el Fernando Torres. Un cielo gris, casi tanto como la situación de un C.F. Fuenlabrada que necesitaba la victoria o corría el riesgo, si ganaba el Rayo Majadahonda, de caer en el descenso. A falta de movimientos del mercado (se esperan varios), quedan los resultados. Y por eso lado, esta victoria se antojaba más que necesaria.
Y pese a todo, el Fuenla sigue quedándose corto, al menos en la primera mitad. Con un arranque de dominio dividido por minutos, tuvo que desequilibrar el marcador lo que habitualmente lastra a los azulones: un error defensivo. Un mal control de Bolaño (le pasa la pelota por debajo del pie) dio pie a la contra de Miguel Rodríguez y Lauti, con gol final de este. Mal de siempre, castigo de siempre.
Tras el tanto, el dominio dejó de ser alternativo y los azulones se hicieron con la pelota para conseguir meter al Celta B en su propio campo. Un esfuerzo que terminó siendo poco productivo, pues esa posesión no se tradujo en disparos a puerta. Con una frontal y un área muy poblados, los vigueses no tuvieron ningún problema para defender las internadas de un Fuenla que se quedó sin disparo. El único lanzamiento entre palos fue involuntario, el de Iribas en uno de los muchos córners que consiguió el Fuenla. Más allá de eso, todo parecía un quiero y no puedo que ya hemos visto anteriormente.
Si la primera parte era regular, pero aseada, la segunda nos deparaba un milagro de los que cuesta ver habitualmente. Con un Fuenla más entonado arriba (lo suficiente para generar ocasiones claras), se descosió totalmente atrás. Un auténtico festival de pérdidas de balón que desembocó en la mayor cantidad de ocasiones claras que ha visto el Fernando Torres a lo largo de la temporada. Tres grandes paradas de Pol, un mano a mano que tiran fuera, un lanzamiento al palo, otro al larguero...Todo fallado por parte del Celta B. De un posible 0-5 a mantenerse un peligroso 0-1. Remontable.
Por eso sobrevivió el Fuenlabrada. Acribillado a disparos, con la moral hecha trizas y las defensas por los suelos. Pero respirando, que ya era mucho. A base de centros llegaron tres muy buenas ocasiones, que casi terminan en tres goles. La primera de Amigo, que atajó bien en salida Cuba. La segunda de Diego, con un cabezazo que pilló bien colocado al guardameta. Y a la tercera fue la vencida. Un centro de Iribas que remata Fer Ruiz lejos de los dominios del portero, pegada al palo.
Chim pún, efectividad. El Fuenla tuvo tres ocasiones de verdad, marcó una. El Celta B tuvo cinco o seis, aparte del gol, y marcó una. De un auténtico bochorno azulón a un curso rápido de Photosop para calmar un poco los ánimos y dejar, aunque sea, un punto que evita la posibilidad de caer en el descenso. Un maquillaje que no tapa lo que se vio: del quiero y no puedo de la primera mitad al milagro de la segunda. El mercado de invierno es necesario como el comer...
ONCE DEL C.F. FUENLABRADA: Freixanet; Iribas, Sotillos, Coch, Bolaño (Aguirre); Cristóbal, Bravo (Enzo), Amigo (Barbosa), Iban Salvador; Fer Ruiz, Diego García
ONCE DEL CELTA DE VIGO B: Cuba; Barcia, Carlos Domínguez; Medrano; Beitia (Damián), San Bartolomé (Javi Domínguez), Javi Rodríguez (Iván López), Hugo Álvarez, Losada, Miguel Rodríguez (Raúl); Lauti (Pablo)
ÁRBITRO: Manuel García Gómez
GOLES: 0-1 Lauti, min.13; 1-1 Fer Ruiz, min.88
