El C.F. Fuenlabrada juega este sábado la última mano en esta eterna partida de póker que es la liga regular. La Primera Federación se acaba, siendo una temporada muy mala para los azulones pase lo que pase. Lo que está en entredicho es si se mantiene o desciende. Dos partidos dejarán resuelta la triste incógnita, pero podría ser incluso uno. Lo que se juega este sábado en Valdebebas es el futuro de un equipo que, cuando seguía mirando hacia arriba, el fútbol le ha puesto mucho más abajo. Y escapar del drama sigue estando en su mano.
Las cuentas son claras, al menos las referentes al Fuenlabrada. Ganar al Real Madrid Castilla y ver qué hacen Badajoz y Sanse. Empatar también valdría, en caso de derrota de ambos. Pero cualquier escenario que no sea sacar tres puntos podría tensar mucho la última jornada ante Unionistas. Ganar, ganar y ganar es lo único que daría tranquilidad y muchas opciones de quedarse en la tercera categoría del fútbol español. Los números dicen que este Fuenla es casi inofensivo fuera de casa, pero el fútbol va mucho más allá de la estadística. Quedó demostrado hace una semana, cuando Vilán rascó la victoria en un partido que parecía irremediablemente destinado al empate y al drama.
Enfrente va a estar el Real Madrid Castilla, rival siempre imponente. Si nos atenemos a los datos, quizá sea el mejor momento para enfrentarse a los de Raúl González Blanco. Han perdido tres de los últimos cuatro partidos, han encajado muchos goles y su cuenta a favor, exceptuando Talavera, se ha resentido. Más allá de esos datos, hay otras dos evidencias: sigue siendo el Real Madrid y siguen peleando, pese a todo, por ascender de forma directa a la Segunda División. El playoff, por otra parte, lo tienen ya asegurado.
Hay dos buenas noticias para el Fuenlabrada, dentro y fuera del campo. En lo deportivo, Alfredo Sánchez puede contar con toda la plantilla salvo sorpresas de última hora. Nadie sancionado, nadie lesionado y vuelven Iban Salvador y Sotillos para contribuir en lo que podría ser el certificado de la permanencia azulona. La cuenta es muy simple: si gana el Fuenlabrada y no ganan Badajoz y Sanse, la salvación será matemática. Si ocurre al revés, si pierde el Fuenla y ganan los otros dos, la salvación de los fuenlabreños pasaría por ganar en una última jornada de infarto en la que, además, partirá en desventaja.
Fuera del campo, tendrá cientos de aficionados poblando las gradas del Alfredo Di Stefano para darles el que ojalá sea el último aliento. Muchos de ellos llegarán en los dos autobuses fletados por el club, y otros cuantos lo harán por sus propios medios. Pero el Fuenlabrada no estará solo en Valdebebas para romper la horrible marcha como visitantes. Porque, si eres mal visitante, convierte el lugar en tu casa. Y los azulones jugarán con su familia al lado.
