Poco más de dos meses después, y por primera vez en 2023, el C.F. Fuenlabrada consiguió ganar un partido. Desde aquel lejano diciembre, habían pasado siete partidos sin conocer lo que era el sabor de la victoria. Después de un palo tras otro, y después de una semana en la que tanto el entrenador como el capitán histórico han salido del club, resulta que el Fuenlabrada ha resucitado. La victoria vuelve a ser posible. Jugar mejor, también.
Justo después de llorar con la despedida de Juanma Marrero sobre el césped, arrancó el renacimiento fuenlabreño. El arranque ya nos sonaba, con un Fuenla de buenos comienzos que terminaban en grandes catástrofes con el paso de los minutos. Esta vez, no fue así. Lo que arrancó como un equipo atrevido, de presión alta y buena intensidad llegó así al descanso. Lo hizo, además, con un extra: atrevimiento para finalizar jugadas. Desde cerca o desde lejos, pero había que terminar la jugada. De ahí llegó el golazo de Álvaro García desde 30 metros, y también desde dentro cuando los de Alfredo Sánchez encontraban la forma de llegar al área grande. Tuvo otra gran ocasión Fer Ruiz, calcada a las que tuvieron José Ruiz y Caballero: cabezazos libres de marca en plena frontal del área. Ninguno de los tres acertó, así que al descanso el Fuenla mandaba en el marcador.
Y al volver, no tardó mucho en ampliar su ventaja. Hay un mal que ha azotado a los fuenlabreños durante meses, el de los pases horizontales en campo propio que terminan en desastre. Pues parece sufrirlo también el Córdoba, porque ente Jorge Moreno y Gudelj lo hicieron varias veces y el resultado fue un gol de Cristóbal y varias pérdidas que pudieron acabar en gol. No fue así, pero el peligro estaba latente.
Todo lo contrario que en el área del Fuenlabrada donde al fin pudieron disfrutar de un encuentro tranquilo pese a que tuvo más pelota el rival y colgó muchos balones que, por una vez, no supusieron un problema para un equipo tranquilo que supo mantener el marcador y administrar el paso de los minutos para llegar al pitido final. Para romper, por fin, una mala racha que duraba desde diciembre y se ha llevado por delante a Mere Hermoso.
Tras siete partidos sin ganar, al octavo llegó el maná. Una victoria vital en varios sentidos. Primero, en el obvio: era más que necesaria y se logró. Segundo, porque hizo dos goles tras cuatro partidos sin marcar y pudo llegar con más facilidad. Tercero, porque dejó la portería imbatida. Y cuarto, y quizá lo más importante, porque ganar así le demuestra a este equipo que puede hacer más y mejor. Y con ello, llegarán más alegrías que tristezas. Ojalá que sea una lección aprendida.
ONCE DEL C.F. FUENLABRADA: Craninx; Cubero, Sotillos, Coch, Barbosa; Álvaro García, Cristóbal (Buer), Fer Ruiz (Enzo), Aguirre (Iribas);Diego García (Vilán), Iban Salvador (Amigo)
ONCE DEL CÓRDOBA C.F.: Carlos Marín; José Ruiz (De las Cuevas), Jorge Moreno, Gudelj, Calderón (Canario); Caballero, Diarra, Kike Márquez, Carracedo (Puga), Bouzaidi (Marco); Juan Villar (Antonio Casas)
GOLES: 1-0 Álvaro García, min. 35; 2-0 Cristóbal, min.53
ÁRBITRO: Juan Antonio Campos Salinas
