Salvo en los primeros minutos, donde fue mejor el Fuenlabrada, el equipo colegial dominó el encuentro con una insultante facilidad. Jaime Fernández y Javi Salgado dieron una lección de juego a Dani Pérez y Alberto Díaz. Panko, por segundo partido consecutivo, volvió a pasar desapercibido.
Sea un partido oficial o un amistoso, un derbi siempre es un derbi. Y con esas ganas acudió la gente al pabellón Juan de la Cierva. Pero, para su desgracia, no hubo derbi. El Estu vio aro con facilidad. El Fuenla no. Los bases del Estu movieron a su equipo a la perfección. Los del Fuenla no. Los jugadores del Estu estuvieron fiables en el pase. Los del Fuenla no. Y así con todas y cada una de las facetas del juego. Todo lo que hicieron bien los estudiantiles lo hicieron mal los fuenlabreños, de ahí el abultado resultado.
Y eso que en los primeros minutos el Fuenlabrada fue mejor. Llegó a ponerse 9-4 gracias a un tiro libre de Diagne, pero a partir de ahí el equipo desapareció. La irrupción en el partido de Javi Salgado contribuyó enormemente a ello, dirigiendo al Estudiantes con maestría. Los colegiales atacaban con fluidez, encontrando tiros cómodos y firmando unos grandes porcentajes de acierto. Si no sentenció el encuentro en el primer cuarto fue porque entró tarde en el partido, pero una vez que se metió echó de un empujón al Fuenlabrada.
Los jugadores fuenlabreños estaban desquiciados. Díaz y Pérez acumulaban una pérdida tras otra, a cada cual más incomprensible. Eran incapaces de mover el equipo, algo que puede pasar más de una vez esta temporada, porque entre las virtudes de ambos no está la lectura de los partidos. Pero sería injusto centrarse en ellos dos. Baron, más allá de los puntos, no ha aportado nada al juego del equipo en estos dos partidos, y Panko ha pasado totalmente desapercibido.
Preocupante lo de este último, un jugador que destaca por dar siempre la cara, pedir constantemente la bola y mirar el aro con confianza. Pero en este torneo nada de nada, se le ha visto apagado, como con miedo a tirar, prefiriendo pasar a un compañero aunque fuese mejor opción que se la jugara él mismo. En resumen, un partido para olvidar donde lo único positivo ha sido el debut de Akindele. El nigeriano, a pesar de fallar alguna canasta fácil cerca del aro, ha demostrado que puede ser la referencia interior del equipo. Y todo con apenas un día y medio de entrenamiento. Prometedor.
Con 20 puntos de diferencia al descanso (25-45) había poco lugar para las sorpresas, pero era de esperar que el Fuenlabrada tirara de orgullo para rebajar la desventaja. Y no solo no la bajó sino que esta subió de forma escandalosa. Quizá eso sea lo peor del día de hoy. Porque los jugadores pueden tener días mejores y peores, o que el rival esté inspiradísimo (como ha pasado hoy con el Estu, que ha jugado algunos minutos a un nivel altísimo) pero lo que no tiene excusa es que falte intensidad.
La pretemporada no ha sido la soñada, precisamente. Tres derrotas y dos victorias encajando 80 o más puntos en cuatro de los cinco partidos. Pero por suerte es eso, la pretemporada. El domingo 5 será otra historia. Empieza lo bueno.
52 - Montakit Fuenlabrada (15+10+19+8): Pérez (3), Baron (8), Panko (4), Clark (10), Diagné (6) -cinco inicial- Díaz (3), Vega (4), Miso (-), Papamakarios (5), Akindele (8), Smits (-) y Sprires (1).88 - Tuenti Móvil Estudiantes (21+24+27+16): Salgado (14), Van Lacke (5), Nacho Martín (6), Hernangómez (6), Simpson (13) -cinco inicial-, Fernández (14), Nunnally (11), Ortega (11), Rabaseda (6), Ander Martínez (-), Álvaro Martín (2) y Niang (-).
