Tarde importante la que le esperaba al Fuenlabrrada y a la Cultural y Deportiva Leonesa, ambos por el mismo motivo. vienen de inercias de juego negativas y necesitaban una victoria (y un buen partido, a ser posible) para curar heridas y no dar pie a la posibilidad de descolgarse de la zona alta. Es la jornada 7, todavía queda un mundo, pero siempre es mejor no forzar demasiado las distancias.
En el caso del Fuenlabrada, lo que se pudo ver en la primera mitad es una continuación de lo que el equipo está ofreciendo en los últimos partidos. Un arranque potente, jugando en la zona en la que le gusta y domina, la del ataque. Sin demasiados acercamientos, pero con el dominio necesario para ser favorito y tener las opciones de ganar. Diez minutos de lo que debería ser el Fuenla.
Después, los de Mere inician poco una caída en el juego equivalente a los metros que se retrasan hacia su propio campo. Y en zona defensiva, el equipo no funciona bien. Con posesión, las pérdidas peligrosas se acumulan con pases fácilmente interceptados. Sin balón, todo parece demasiado fácil para el rival. Así llegó el 1-0, con una jugada desafortunada en la que portero y defensa se estorban (y Obolskii se lleva la pelota con el brazo despegado), y así llegaron muchos de los acercamientos leoneses con el 2-0 rondando en un cabezazo que se marchó alto.
Si todo iba por los cauces habituales, el segundo tiempo del Fuenlabrada iba a ser el bueno. Ni cauces ni caudales, ni mareas. El segundo tiempo mejoró poco en lo futbolístico y nada en lo anímico. En eso, incluso fue a peor. La entrada de Iban Salvador y Diamé vino bien en un principio, pero se diluyó con el paso de los minutos. El momento clave en el que el partido se acabó fue en el penalti.
Nada más arrancar la segunda mitad, Trigueros agarró con ansia la camiseta de Diego García dentro del área cuando pugnaba por llegar a un centro. El árbitro señaló penalti al instante, se encendía un rayo de esperanza para los fuenlabreños, la mejor posibilidad para empatar...Diego lanzó un poco centrado y la atajó Salvi, e Iban Salvador mandó el rechace al cuerpo del portero. Doble oportunidad de oro, doble mazazo. Y seis minutos después, Freixanet salió a destiempo en un córner y el mismo Trigueros del penalti se impuso a él y a la defensa para cabecear a lo Laudrup: sin mirar, con la nuca.
Tres golpes tremendos, directos al corazón, que dejaron al Fuenlabrada vacío para el resto del partido. Poco importó que, a veinte minutos del final, Obolskii se expulsara por un codazo en la cara de Iban Salvador. Anímicamente, el equipo ya no estaba presente. Con uno más, nunca dio la sensación de que podía darle la vuelta al partido. Más posesión, pero apenas transformada en ocasiones de verdadero peligro. Solo el empeño personal de Cubero por desbordar desde su banda creaba un contexto para pensar que podía pasar algo.
Derrota del Fuenlabrada, de las que hacen daño por las sensaciones que dejan. Las de equipo endeble en zona defensiva, más afectado por cómo se boicotea que por el empeño de los rivales. Las pérdidas de balón no forzadas y los errores individuales hacen mucho más que cualquier delantero. Quizá lo mejor sea ser ese Fuenla que vive de presionar arriba y cerrar la salida de balón. El otro, el de ser agresivos a veces y refugiarse demasiado en su propio campo, no da resultado por lo dicho anteriormente. Toca reaccionar antes de que la distancia con el playoff se empiece a hacer muy cuesta arriba.
ONCE DEL C.F. FUENLABRADA: Freixanet; Cubero, Juanma, Coch, Bolaño (Diamé); Enzo (Javi Robles), Cristóbal (Iban Salvador), Fer Ruiz (Amigo), Barbosa (Aguirre); Diego García, Barbosa
ONCE DE LA CULTURAL LEONESA: Salvi; Muguruza, Amelibia, Trigueros, Joel López (Fran Cruz); Jesús Álvarez (Cristian Pérez), Tarsi, Percan (Rober Alarcón), Solís (Castañeda), Presa (Néstor), Obloskii
GOLES: 1-0 Obloski, min.11; 2-0 Trigueros, min.55
ÁRBITRO: Guillermo Conejero Sánchez
