Separación o divorcio: ¿cuál elegir cuándo ya no hay más salidas?

Hay dos maneras claramente establecidas en las leyes para interrumpir el lazo matrimonial, la separación y el divorcio, las cuales suelen confundirse pese a tener ciertas diferencias entre sí, aunque también, tengan muchas características compartidas. Conozcamos de qué trata cada una, para tomar la mejor decisión si llegara a ser necesario.

Cuando dos personas casadas tienen muchos conflictos, y por más que lo intenten no logran superarlos, no queda más remedio que recurrir a la interrupción del lazo matrimonial, la cual se puede formalizar de dos formas, como son la separación y el matrimonio, que son muy parecidas pero con una significativa diferencia.

Son dos figuras legales que siempre se deben tratar con abogados de divorcios y separaciones en Madrid, quienes son los profesionales indicados para actuar en cualquiera de los dos casos. Los abogados especializados en Derecho de familia, específicamente en divorcios, saben exactamente qué hacer, ante qué instancias y de qué modo proceder, lo cual los cualifica para actuar adecuadamente.

Separación y divorcio: semejanzas y diferencias

La separación y el divorcio sirven a un mismo fin: cesar la relación matrimonial y finiquitar los asuntos legales que derivan de tal acción. Pero para saber qué vía tomar exactamente, se deben conocer en detalle.

Separación legal: es la interrupción temporal del matrimonio, sin extinguir totalmente el mismo, es como tener una pausa sin dar el paso definitivo de la disolución. Al formalizarse, los cónyuges dejan de vivir en la misma casa, proceden a hacer la repartición de bienes, y acuerdan las condiciones necesarias para preservar la seguridad de los hijos menores, si los hubiera.

Con esta figura legal, las partes involucradas tienen la posibilidad de revertirla y volverse a unir, activando nuevamente el compromiso matrimonial con todos sus deberes y derechos. Para hacerlo, los cónyuges solo deben comunicar la decisión de deshacer la separación ante el notario o el juez, dependiendo de si el acto fue consensuado o si se desarrolló por las vías jurisdiccionales. 

Divorcio: cuando las personas deciden separarse definitivamente y disolver de forma concluyente el lazo matrimonial, solo deben buscar el apoyo de un buen abogado especialista que se encargue de impulsar las acciones correspondientes.

Es un proceso similar al de la separación, con todas sus características fundamentales y con la única diferencia de que el divorcio sí es concluyente y definitivo, es decir, es irreversible. Cuando dos personas deciden divorciarse, pierden la cualidad de casados y no pueden recuperarla, a menos, claro está, que se vuelvan a casar.

¿Qué hacer? ¿Separarse o divorciarse?

Decidir cuál es la manera de separarse de la pareja es bastante difícil, por todas las implicaciones que puedan tener las disposiciones que se tomen. Hay que pensarlo muy bien, y en eso, también puede ser de gran ayuda la asesoría de un abogado, que ayude a elegir lo más adecuado.

Hay quienes primero se separan para probar cómo es vivir sin la persona que acompañó en el matrimonio, para luego analizar bien la situación y, posiblemente, arreglar las diferencias y reconciliarse; o, en caso contrario, solicitar el divorcio y separarse definitivamente. Todo dependerá de lo que se quiera y de las expectativas que se tengan.

En todo caso, siempre hay que buscar el apoyo de un buen abogado que ayude a impulsar las acciones legales necesarias, bien sea separación o divorcio, por cuanto el jurista siempre va a buscar las mejores soluciones satisfactorias para ambas partes y la preservación de la seguridad de los hijos menores, cuando los hay.

¿De mutuo acuerdo o en tribunales?

La separación y el divorcio se pueden accionar de dos maneras claramente tipificadas en las normativas legales vigentes: de forma consensuada entre las partes y por la vía contenciosa o judicial.

De mutuo acuerdo: como su nombre indica, se decide de forma consensuada entre las partes, de manera tranquila y, en cierta manera, amistosa. Es la forma más rápida, económica y fácil de separarse o divorciarse.

Vía contenciosa: es la que se lleva a las instancias jurisdiccionales, es decir, ante los tribunales. De esta forma, cada parte trata de defender sus derechos ante un juez, quien dirime el caso y toma las decisiones que correspondan.

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