"A perro flaco todo son pulgas", decía Alfredo Sánchez en la previa del Fuenla-Córdoba. Y esa es la primera noticia: Alfredo compareció en la previa, y no Mere Hermoso. Porque Mere Hermoso fue cesado el miércoles, junto a su preparador físico (Miguel Chamorro), y es el segundo entrenador el que dirigirá al equipo, mientras se busca a un sustituto. Una consecuencia de la malísima situación del equipo, que este domingo se enfrenta a otro equipo que también está pasando por una situación difícil: el Córdoba.
Por si fuera poco con la marcha del entrenador, el Fuenlabrada tiene que lidiar con otro asunto: la salida de Juanma Marrero. El jueves se anunció que el capitán, héroe por el ascenso, sus siete años y 172 partidos, dejaba el club de manera inmediata. Este domingo será homenajeado, antes del partido, en un último contacto desde el césped con la grada. Con su grada. Ojalá que no sea el único momento bonito de la tarde, y sí el único triste.
Esos dos sucesos de la semana son la previa de un Fuenlabrada que necesita centrarse en salir del bache, por difícil que sea. Córdoba debía ser el nombre más importante en su cabeza, pues es un partido que, dependiendo del resultado y de otros marcadores, puede marcar el comienzo de una recuperación, saliendo del descenso, o el agudizamiento de una crisis que deje la salvación a cinco puntos. Tras siete partidos sin ganar, la necesidad es cada vez mayor. La buena noticia es que Cristóbal vuelve, por fin, tras un mes sancionado.
Enfrente está el Córdoba, un equipo que no viene mucho mejor que el Fuenla. Los de Germán Crespo siguen en la zona noble de la tabla pero, tras cinco partidos sin ganar, podrían verse expulsados del playoff si pierden en el Fernando Torres. De un arranque fulgurante han pasado a sumar una victoria en ocho partidos, lo que complica mucho su ambición de llegar a Segunda por la vía rápida. La sensación es la misma que la del Fuenla: victoria o problemón. De perder, la continuidad de Crespo podría tambalearse.
El foco, pues, estará puesto en tres frentes en el Fernando Torres: uno, un Fuenlabrada hundido, sin entrenador y sin el líder histórico. Otro, un Córdoba que sigue el camino de los azulones y puede agravar su crisis si no gana. Y un tercero, que no se sabe si tendrá un papel en este partido: una afición local que nadie sabe cómo reaccionará tras el rumbo del equipo y las salidas de esta semana. Si animará al equipo (si este les da argumentos para creer), si reinará la apatía o si el enfado latente por la situación se tornará en cánticos contra la directiva. El desenlace de los enigmas, a partir de las 18:00 en Onda Fuenlabrada.
