Jornada 13 en la Primera Federación para el C.F. Fuenlabrada, que tenía una visita relativamente especial que hacer. Viajaba hasta Euskadi para medirse al Sestao River, equipo con el que hay precedentes tanto buenos como malos. Los últimos son de los más agradables, ya que es una victoria del Fuenla para meterse en el playoff de ascenso hace ya muchas temporadas.
En un campo de Las Llanas que no estaba en las mejores condiciones, tanto Fuenla como Sestao iban a buscar tres puntos que dependerían más de la batalla física que de la futbolística. Arrancó con mucha superioridad y determinación el conjunto de Carlos Martínez, en la forma en la que suele terminar lo encuentros en casa: superioridad física y táctica en campo rival. No le sirvió para adelantarse en el marcador, pero sí para presentar lo que quería hacer.
En multitud de ocasiones, lo que quieres y lo que tienes difiere mucho de ser lo mismo. Pese a ese buen arranque, el paso de los minutos fue llevando el partido hacia un duelo de pases largos y de peleas por alto por la posesión. Los porteros, Belman y Sergi Puig, terminaron prácticamente inéditos. Las defensas, especialmente la azulona, haciendo un trabajo de diez. Y el resto, supliendo con trabajo y fortaleza física lo que no podían desencallar con calidad futbolística.
Y, como si de la maldición del comentarista se tratara, fue pensar eso y ver cómo la segunda parte se iba a decidir con dos detalles de calidad, pero se tardaría un poco en llegar hasta ahí. Lo primero que ocurrió es el gol del Fuenlabrada, con un penalti por mano que Manu Lama (el central) se encargó de transformar a la segunda. La reacción del Sestao fue impecable: ir hacia arriba a por el empate. Si el Fuenla hacía el segundo, mala suerte, pero buscar el 1-1 era lo esencial.
Lo encontraron pronto, menos de diez minutos después. Belman atajó magistralmente el primer disparo, pero ante el disparo cruzado de Álvaro Mateo desde lejos tras el rechace no pudo hacer nada. Ejecución impecable, imposible de atajar por el portero. Ese fue el último arreón como tal del partido, hasta que llegó la zona Fuenlabrada.
A partir del minuto 80, y tras otro valle de juego, el Fuenla dio el arreón final al que ya nos tiene acostumbrados. Terminar bien es ya su sello, aunque no genere grandes ocasiones. Pero tiene una como mínimo, y con eso le basta. Está en un momento en el que necesita poco, y llega a él como un toro. El protagonista esta vez fue Ilies Faure, que cazó un balón de espaldas en la frontal del área. La controló, la bajó, se giró y buscó el mejor lanzamiento posible. Alto, colocado, con potencia y con la parábola exacta que le permitía superar al portero y colarse dentro in extremis. Un golazo, tres puntos más al saco.
Tres que, en conjunto, suman veinte. Veinte de los últimos veinticuatro, es decir, ocho partidos consecutivos puntuando. Seis victorias y dos empates, lo que les deja a un punto del playoff de ascenso y en un estado de forma y ánimo que pocos equipos pueden igualar. Las cosas salen, sin más. Si llegan con vida al final (y se encargan de que así sea) el partido no ha acabado. La zona Fuenlabrada soluciona cualquier problema. Los de Carlos Martínez (y él mismo) siguen de dulce.
ONCE DEL SESTAO RIVER: Sergi Puig; Etxeberría, Gaizka Martínez, Mirapeix, Álvaro Mateo (Kepa Uriarte); Armando (Jon Cabo), Álvaro Gete (Del Río), Guruzeta (Alayeto), Carbonell, Aranzabe; Leandro Martínez
ONCE DEL C.F. FUENLABRADA: Belman; Sotillos, Alba, Lama, Durán; Ale Galindo, Bravo (Buer), Carlos Benítez (Aarón); Fer Ruiz, Sergio Benito (Adalberto), Diego Gómez (Ilies)
ÁRBITRO: Álvaro López Parra
GOLES: 0-1 Lama p., min.48; 1-1 Álvaro Mateo, min.56; 1-2 Ilies, min.84