Derrota 0-1 ante el Mérida tras la expulsión de Fer Ruiz y ser incapaces de adelantarse en el marcador

El Fuenla se autolesiona y tira por la borda su mejoría

IMAGEN: CF Fuenlabrada
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El C.F. Fuenlabrada afrontaba este partido en el día de la Constitución como un referendo para su propia supervivencia en esta temporada. Con la situación fuera de casa encarrilándose poco a poco (puntuados los dos últimos partidos y mejorando las sensaciones), ahora hay que volver a ganar en el Fernando Torres para intentar alcanzar una nueva velocidad en este equipo. Hay que empezar a rendir acorde a las expectativas. 

Y a eso salió el Fuenlabrada. En un partido inicialmente disputado y de ida y vuelta, los de Mere fueron imponiendo su dominio y su fuerza con y sin pelota. La virtud de los azulones era la superioridd aplastante que mostraron a la hora de atacar por la banda derecha. Iribas, Fer Ruiz y Cristóbal se manejaron como quisieron, lo que obliga a hablar del defecto del Mérida: miraba más que presionaba cuando defendía en su campo. Eso permitía pensar, lo cual nunca es bueno. 

Llegaron las ocasiones, porque era imposible que no lo hicieran. Primero con centros desde la línea de fondo, con remates atajados fácilmente por Palomares o buenas defensas. Luego, con diagonales o grandes pases desde la derecha, que terminaron de la misma manera. La mejor ocasión fue un lanzamiento desde lejos de Sotillos, que despejó como pudo Palomares. El Fuenla dominaba, mandaba, tenía ocasiones...pero el gol no llegaba. Eso dejaba todo abierto a una segunda mitad más incierta y quizá más peligrosa.

Y, efectivamente, no sentenciar cuando pudo le costó caro al C.F. Fuenlabrada. Porque es un equipo que, incluso cuando está haciéndolo todo bien, ve la oportunidad de ponerse la zancadilla. Como ante el Dépor, la zancadilla fue una expulsión por ver la segunda amarilla. Diamé protagonista entonces, Fer Ruiz protagonista hoy. Había empeorado ligeramente en lo ofensivo el Fuenla, pero después de quedarse con uno menos (justo después de meter cambios ofensivos) solo quedaba aguantar y agarrarse a un milagro en una contra o una falta. 

No llegó, porque este equipo no atrae a la suerte. No hubo milagro, y además se encontró con un 0-1 obra de Lolo Plá que castigó sobremanera a un equipo que no pasó de merecer, pero que terminó con las manos vacías, un expulsado y abortando la posibilidad de empezar un camino de recuperación que pasaba por ganar. Lo tuvo en su mano, no lo aprovechó, y terminó autolesionándose. Ahora, los problemas parecen estar en casa...

ONCE DEL C.F. FUENLABRADA: Dani Hernández; Iribas (Cubero), Sotillos, Coch, Bolaño; Diamé, Cristóbal (Amigo), Fer Ruiz, Barbosa (Javi Robles); Enzo (Bravo), Alegría (Diego)

ONCE DE LA A.D. MÉRIDA:  Palomares; Felipe Alfonso, Nacho, Bonaque, Álvaro Ramón; Meléndez (Artiles), Luis Acosta, Larrubia (Erik), Akito (Sandoval); Lolo Plá, Cinta (Busi)

ÁRBITRO: Albert Catalá Ferrán

GOLES: 0-1 Lolo Plá, min.83

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