Derrota 1-0 ante el Ceuta tras quince minutos ilusionantes que derivaron en un Fuenla gris y habitual

El Fuenla tira otra oportunidad de salir del descenso

IMAGEN: CF Fuenlabrada
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El C.F. Fuenlabrada afrontaba la jornada 22 con dos alicientes nuevos respecto a las jornadas anteriores. Llegaba de un mercado en el que ha podido hacer muchos cambios (hasta cinco), y la jornada le había dejado con la posibilidad de salir del descenso si ganaba. Tenía que ganar al colista para romper una racha de cinco partidos sin saber lo que es la victoria. Sonaba fácil, mucho más de lo que podía ser teniendo en cuenta lo que ha hecho el Ceuta en los últimos partidos.

Lo cierto es que el partido empezaba bien para los de Mere Hermoso, con un arranque en el que la presión alta daba sus frutos y provocaba acercamientos al área de Tomás Mejías. Tanto fruto que el portero terminó fallando, regalando la pelota a Iban Salvador y terminando la jugada en gol anulado a Diego por fuera de juego. Santi Jara estaba muy presente, Iban probaba suerte desde lejos...todo iba bien, hasta que empezó a ir mal.

Ya es conocido que el Fuenla tiene dos caras, la defensiva (mala) y la ofensiva (mejor). Cuando predominaba la segunda, parecía que el gol estaba cerca de llegar. Pero ese dominio duró demasiado poco. Pasaron los minutos, y a cada vez que se movía la menecilla del reloj los azulones retrocedían un centímetro. De la agresividad inicial se pasó al repliegue, y de la versión buena se pasó a la mala. A la de la pasividad, la de los despejes imprecisos y cortos, la de debilidad a la hora de llevarse las segundas jugadas...y la de hacer una falta en la frontal que Antoñito termina clavando en el fondo de la portería. Tocaba irse al vestuario otra vez a reflexionar por qué había cambiado todo.

Si hubo esa reflexión, no se notó demasiado sobre el césped en la segunda mitad. Del Fuenlabrada que vimos en los primeros minutos del partido no se volvió a saber nada. Con destellos individuales de posesión y arreones en ataque, se generaron dos buenas de jugadas, ambas no convertidas por Santi Jara. Si alguien merece salvarse de la quema, son él e Iban Salvador. Probablemente, también Sotillos. Más allá, en este Fuenla nadie pasa del cinco raspado. 

Todo lo contrario que en el Ceuta, que a base de fe y mucho trabajo está consiguiendo lo que parecía imposible: reengancharse a la categoría. Sin mucho más que eso, fue capaz de ganarle a un equipo que está mucho peor que ellos y sumar por cuarto partido consecutivo (ocho puntos de doce). El fiel reflejo de dos inercias radicalmente diferentes, dos actitudes distintas.

Dos formas de entender cómo se sale de una situación muy complicada. Sin alardes, pero con muchísimo trabajo y nunca dejando que exista la sensación de que el rival se esfuerza más que tú. Que lleva una marcha más que tú.  Que, ante la duda, se van a llevar el balón antes que tú. Esa forma de trabajar es la que está llevando al Ceuta a pelear. Y la ausencia de ella por parte de un Fuenlabrada que era maestro en eso es la que está llevando a los de Mere al abismo más profundo. Y lo peor es que no hay perspectiva o mínima señal de que la situación pueda cambiar. 

ONCE DE LA A.D. CEUTA:  Mejías; Antoñito, Juan Gutiérrez, Danese, Macías; Alberto Reina, Adri Cuevas (Mizzian), Alain (Casais), Aisar (Luismi); Rodri (Alberto Gil)

ONCE DEL C.F. FUENLABRADA:  Freixanet; Cubero, Sotillos, Coch, Barbosa (Amigo); Bueno (Álvaro García), Bravo (Enzo), Santi Jara (Aguirre), Iban Salvador; Fer Ruiz (Vilán), Diego García

ÁRBITRO: Francisco Fernández Vidal

GOLES: 1-0 Antoñito, min.39

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