Concretamente las dietas disociadas parece ser que el nacimiento o su base histórica data de los años 1930 y en base a teorías o simples conjeturas como: La incompatibilidad de mezclar ciertos alimentos.
Más allá de que no tengan respaldo científico, el posible efecto a corto plazo se debe principalmente a que, al disociar las ingestas (algo harto difícil de base, dada la composición nutricional de prácticamente todos los alimentos que puedas imaginar en tu cabeza), el contenido calórico se reduce en demasía, lo que al final tiende a ser un consumo bastante menor y es lo que genera la posible bajada de peso que por otra parte no suele ser indicativo de perdida de grasa.
Con lo cual, no haces más que otra dieta hipocalórica, pero disfrazada con un nombre “científico” que parece dotarle de un halo de credibilidad.
Esa supuesta “incompatibilidad” no trasciende a la realidad, ya qué en actualmente, sabemos que las enzimas actúan de igual forma, ya sean ingeridos los alimentos por separado o de manera conjunta.
https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.3109/00365527909181934
Como normal general hay que tener presente que los alimentos son mezclas bastante heterogéneas de nutrientes. Y lo que parece desconocer la mayor parte de la gente es que nuestro interior no está separado por pisos o por habitáculos independientes donde se puedan digerir de forma escalonada, paralela pero al mismo tiempo alejados unos alimentos de otros.
Añado una valoración que me gusta mucho de Dariush Mozaffarian, un tipo con bastante sentido común en la gran mayoría de sus publicaciones sobre nutrición: "Las dietas basadas en nutrientes (eliminación/adición) tienden paradójicamente a provocar comportamientos alimentarios que en el largo plazo son contraproducentes para la salud".
La población general no cubre sus ingestas de referencia recomendadas, lo cual puede deberse tanto a malos hábitos alimentarios, como a la posibilidad de que, al seguir ciertos tipos de dietas, se modifiquen la ingesta de vitaminas y minerales.
Lo que sabemos a día de hoy (y hay que tener en cuenta que la ciencia en nutrición es muy joven) es que son los patrones alimentarios los que acaban influyendo de manera positiva o negativa sobre la salud (y en Salud habría que incluir además del peso otra serie de factores que se deberían de tener en cuenta como la presión arterial, la función hepática, los sistemas de recompensa cerebrales, el hambre y saciedad, el comportamiento de los adipocitos como órgano endocrino, la microbiota y étc.
Por eso, y desde mi punto de vista, habría que desterrar la palabra DIETA tal y como se usa en la actualidad (ya que tiene connotaciones negativas y siempre son asociada a sufrimiento y conductas poco pro-activas desde el punto de vista de la SALUD) para hablar de patrones alimentarios (centrándose en las preferencias, circunstancias personales, horarios, pero siempre bajo la órbita y atendiendo a las materias primas con el menor procesamiento posible, priorizando verduras, hortalizas, tubérculos, frutas, legumbres tan olvidadas, frutos secos, cereales integrales, aceites de buena calidad, étc.
Con una ingesta energética idéntica y una composición de sustrato similar, la dieta disociada (o "combinación de alimentos") no produjo ninguna pérdida adicional de peso ni de grasa corporal.
https://www.nature.com/articles/0801185
Estudio que muestra como las dietas disociadas son inútiles, ineficaces e inservibles para generar una perdida de peso.
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/m/pubmed/10805507/
No se han realizado muchos estudios sobre dieta disociada por la complejidad de encontrar esos alimentos y la dificultad de llevarla a cabo. Por eso me gustaría terminar con una frase que es bastante reveladora: Ausencia de Evidencia no es lo mismo que Evidencia de Ausencia