Opinión

Bebidas energéticas

Es muy preocupante el rumbo que está tomando la sociedad y más concretamente la Juventud (Adolescentes) en cuanto al uso de las Bebidas Energéticas. Un mercado al alza que no para de crecer. Sin embargo, la gente NO parece ser consciente de las consecuencias negativas que su irresponsable consumo ejerce en el organismo humano.

Lo peor de todo es que ese elevado consumo en gran parte viene dado por una Sociedad demasiado indolente y unos padres muy permisivos, que desde bien pequeñitos proporcionan y aprueban la toma a diario de batidos/zumos e incluso Refrescos con el consiguiente empujoncito aunque indirecto hacia las famosas Bebidas Energéticas cuando son llegan a una etapa difícil como la adolescencia.

Si eres de los que piensa que no es para tanto. Pues echa un vistazo a los datos de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), el 68 % de los jóvenes europeos entre 10 y 18 años son fieles consumidores. Entre ellos, el 12 % presenta un consumo “crónico” y otro 12 % un consumo “agudo”. Pero lo más asombroso e inadmisible es que el 18 % de los niños entre 3 y 10 años también las toman. Los españoles gastaron de media 3,29 euros por persona en año 2019.

La adolescencia es el período de transición entre la niñez y la edad adulta. Como digo es una etapa difícil porque se suceden muchos cambios y muy rápido, las hormonas están revolucionadas y todo eso altera la percepción de todo lo anterior, se carece de la madurez necesaria para poder discernir entre lo que está bien o mal, no se paran a pensar y evaluar si X cosa puede tener graves perjuicios a medio/largo plazo. En esta etapa los jóvenes únicamente quieren ser aceptados y llegan a ser algo egocéntricos llegando a sentir como si todo su alrededor les estuviera los juzgando permanentemente.

Como parte de todo esto, lo más jóvenes suelen pensar que la mejor forma de ser aceptado y/o respetado es no mostrar ninguna debilidad, que unido a las inmensas ganar de agradar hace que se cometan imprudencias y actos de rebeldía o “valentía” con el fin de parecer más mayor, más fuerte y etc...

Entonces es lógico pensar que si los niños de 4 años en adelante toman muy a menudo refrescos tipo Coca Cola, un adolescente de 12 años no puede presentarse delante de la chica que le gusta bebiendo algo que su hermano pequeño, volviendo a lo mismo si desde los 4 años aproximadamente estas tomando refrescos tu paladar está más que acostumbrado a ese umbral de dulzor con lo que necesitas un paso más, y eso te lo da esté tipo bebidas energéticas, que además de contener ingredientes poco/nada saludables y en cantidades abismales como el conocido exceso de azúcar, también incluyen cafeína, que sabemos de sobra que excitante.

Además de todo lo anterior, hay que sumar lo difícil que es lidiar contra el marketing de las grandes multinacionales que fabrican este tipo de productos. Normalmente solemos pecar de ingenuos al pensar que la decisión es únicamente nuestra, pero si fuera así, las empresas no gastarían miles de millones en tratar de moldear la realidad con el fin de condicionar nuestra decisión. Además, socava los esfuerzos de muchísimos jóvenes de mejorar su Salud de cara a un futuro no tan lejano.

Las compañías estadounidenses dedicadas a la comercialización de bebidas azucaradas y energéticas destinaron en publicidad un total 1,04 mil millones de dólares en 2018. Resultados que se pueden comprobar en el reciente informe:
Sugary Drinks FACTS 2020, del Centro Rudd de Política y Obesidad Alimentaria de la Universidad de Connecticut.

No logro entender como la mayoría de padres evitan el consumo de café durante muchísimos años y de repente a X edad (ponle 12 o 13 o 14 años) parece no importar que este tipo de bebidas contengan la cantidad de cafeína equivalente a tres o cuatro tazas de café.

La FDA ha avisado que un elevado y rápido consumo de cafeína de aproximadamente 1.200 mg puede favorecer situaciones potencialmente graves, convulsiones sin ir más lejos y un largo etcétera. Citando de nuevo a la EFSA, un adolescente de 13 años, con un peso medio de 50 kg, no debería consumir más de 147 miligramos de cafeína/día, cantidad que es ampliamente superada, ya que este tipo de bebidas se venden en latas de 500 ml.

Además contienen ácido cítrico, una molécula que puede ser muy dañina y corrosiva para esmalte dental. Dentro de los males que causan, se podría considerar un mal menor pero lo que genera una gran indignación es que las etiquetas suelen obviar algunos componentes o no son lo suficientemente claras para el público general. Es cierto que como norma general todos y cada uno de los ingredientes han pasado el filtro de la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria), pero no es menos cierto que dicho informe de seguridad se refiere a cada ingrediente por separado, no valora la interacción entre unos y otros, cosa que es VERY IMPORTANT. 

No hay muchos estudios, pero algunos se pueden encontrar y suelen indicar lo siguiente: Los participantes experimentan un marcado aumento del intervalo QT c y de la presión arterial, después de consumir dicha bebida energética en comparación con el placebo u con la toma de agua o bebida con la que se quiera comparar.  El efecto más llamativo/dramático se da en personas que habitualmente no consumían mucha cafeína.

Definición del Intervalo QT c: El intervalo QT es la medida del tiempo comprendido entre el inicio de la onda Q y el fin de la onda T medido por electrocardio-grama. Cuando se prolonga o alarga se asocia con arritmias que aumentan el riesgo de muerte súbita.

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