Esta pasada noche, Estados Unidos vivió uno de sus momentos más importantes a nivel socio-cultural: La final de Super Bowl. Un evento que paraliza todo el país durante prácticamente todo el día, que reúne familias, amigos y compañeros de trabajo bajo el pretexto de ver un partido de fútbol americano.
Pero es mucho más que eso, ya que todos los ojos están puestos en lo que ocurrirá en el famoso "intermedio de la Super Bowl", un momento musical cargado de significado político, social y económico que puede llegar a determinar el futuro de un país que actualmente se erige como la segunda potencia más grande y poderosa del mundo.
Si bien Usher y Alicia Keys fueron los indiscutibles protagonistas el intermedio musical de la gran final del deporte rey en Estados Unidos, las miradas de los allí presentes y de millones de personas desde sus casas estaban puestas en otra persona: Taylor Swift. La cantante acudió como espectadora del partido porque su actual pareja, el jugador Travis Kelce, estaba disputando la final.
En las últimas semanas, desde que se conoció el romance entre ellos dos, y se supo que el equipo al que pertenece Travis Kelce iba a disputar la conocida final, todos los ojos se pusieron sobre la artista.
Finalmente, Taylor no defraudó, bajando al campo a celebrar con su novio la victoria de su equipo con un apasionado beso que envidió a más de uno y una en las gradas.
Pero este momento ha hecho abrir los ojos a muchas personas, no sólo en el ámbito social, si no también político. Y es que Taylor Swift, reciente ganadora de varios Grammy, se ha convertido en todo un icono de masas en Estados Unidos, con un poder de movimiento social que es codiciado por los actuales candidatos a las próximas elecciones presidenciales del país.
Se ha conocido que tanto Donald Trump como Joe Biden tienen a la cantante en el punto de mira de sus próximas campañas electorales. La cantante en muchas ocasiones ha dejado clara su postura política, y es por eso que en especial el actual presidente de los Estados Unidos la quiere dentro de sus caras públicas.
Una artista que mueve millones de personas en todo el mundo, y en especial en su país de origen, se ha convertido en el principal objetivo de los políticos. En España se habla de los votantes indecisos, ese pequeño grupo de personas que no tienen claro a quién votar y que deciden su posición prácticamente en los días previos a las votaciones.
Para los estadounidenses actualmente, ese grupo clave son los fans de Taylor Swift, y se ha convertido en un objetivo casi prioritario conseguir que ese grupo de personas, miles y millones de seguidores de la cantante de pop y country, acaben eligiendo su bando, ya que el grueso que representan podría inclinar la balanza electoral hacia un lado u otro, e incluso determinar claramente quién será el próximo presidente de los Estados Unidos.
