Bob Marley vuelve a la vida con el 'biopic' sobre su corta vida: fútbol y reggae

'Bob Marley: One Love' ya está disponible en cines
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Coincidiendo con el día de San Valentín, este pasado 14 de febrero se ha estrenado oficialmente el 'biopic' de uno de los iconos musicales del siglo XX: Bob Marley. Con una vida marcada por los excesos, la filosofía 'rastafari' y un amor incondicional por la música reggae, este repaso a su trayectoria profesional y personal ha servido como reflexión para muchos, así como para conocer cómo vivió sus últimos años el mayor exportador de la música de Jamaica.

A pesar de las críticas que se han recibido sobre una "historia mal contada", las críticas que ha recibido el 'biopic' sobre el cantante han sido generalmente buenas. Y algo que ha llamado la atención de muchos, es que el cantante de reggae era un fiel seguidor del fútbol inglés.

 

Allá donde fuese, Marley viajaba acompañado de un balón. Solía jugar al fútbol antes de los conciertos, junto a los músicos de ‘The Wailers’. “Nosotros hacemos música y jugamos a fútbol. Lo necesito. Ser libre, libertad. ¡El fútbol es libertad!”, dijo en una ocasión.

“Le gustaba jugar de delantero centro o de media punta”, explicó en el diario ‘Olé’ de Buenos Aires el ex jugador jamaicano Alan Skill Cole, que curiosamente llegó a jugar en el Santos antes de trabajar como ‘road manager’ para Bob Marley. 

El fútbol resultaría decisivo en los últimos años de su vida: en 1978, antes de un concierto en París, organizó una ‘pachanga’ entre los Wailers y un grupo francés, ‘Les Polymusclés’. 

Un pisotón de un jugador rival, que además de músico era crítico de la revista ‘Rock&Folk’, le provocó una herida en el dedo gordo del pie derecho.

Marley no le dio más importancia, pero la herida no sanó. Se le cayó la uña y el aspecto de su pie era cada vez peor: cuando acudió al hospital, semanas después, le practicaron una biopsia. El diagnóstico fue cruel: melanoma lentiginoso acral.

Los médicos le recomendaron la amputación del dedo para frenar el avance del cáncer, pero Marley se negó: la filosofía ‘rastafari’ impedía la amputación de cualquier parte del cuerpo. 

El cantante siguió con su vida de viajes y conciertos (no quiso someterse a un tratamiento de quimioterapia) pero el cáncer fue más rápido. Cuando ya era demasiado tarde, buscó soluciones en un hospital de Munich. 

Era demasiado tarde: Marley quiso morir en su país. Tomó un vuelo de Munich a Jamaica, con escala en Miami. Falleció en un hospital de Miami el 11 de mayo de 1981. Tenía solo 36 años.  

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