Haz las paces con la comida

No te prohibas ningún alimento solo intenta llevar una alimentación saludable
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Muchas personas se pasan la vida de dieta en dieta para poder bajar de peso. En muchas ocasiones a pesar de conseguir bajar algunos kilos vuelven a recuperarlos o incluso a coger algunos de regalo. Esto tiene sus consecuencias porque no solo estamos estresando a nuestro cuerpo quitándole de forma brusca calorías sino que en muchos casos se empieza a generar una mala relación con la comida.

Otro motivo de esta mala relación puede ser la desconexión con nuestro cuerpo ya que en algún momento de nuestra vida dejamos de comer por hambre y empezamos a comer según las normas. Nos dicen cuándo, cuánto, cómo y el qué comer. Y nuestra relación con la comida empieza a truncarse y empiezan las frases de: “si no te comes todo estarás castigado”, “si no te comes la verdura no habrá postre”, “no bajarás al parque si no meriendas”, etc.

La comida no es mala ni buena y es necesaria para vivir

En este artículo quiero dar algunos consejos para aquellas personas que dedican mucho tiempo a pensar en la comida, que se sienten culpables después de comer, que no se permiten comer cosas “no saludables”, que evitan las reuniones sociales por no pecar y que no hacen caso de las señales del cuerpo. Quién tenga estos síntomas probablemente necesite hacer las paces con la comida.

Necesitamos comer suficiente para tener energía y nutrientes

Es muy importante dar a nuestro cuerpo la energía y los nutrientes necesarios para que pueda realizar todas sus funciones vitales, podamos movernos y podamos realizar ejercicio. Por ello si restringimos mucho las calorías nuestro cuerpo se pondrá en alerta y dejará de realizar algunas funciones básicas y nuestro cerebro nos dirá continuamente que tiene hambre por lo que puede acabar en atracones. Comer es algo tan básico como respirar, y ¿qué pasa si aguantamos la respiración? Pues que después cojo mucho más aire.

No te prohibas ningún alimento solo intenta llevar una alimentación saludable

No hay alimentos buenos ni malos, sino una dieta equilibrada y no equilibrada. Cuando una persona se permite todos los alimentos, puede controlar mejor su ingesta, ya que sabe que estos alimentos siempre están disponibles, si por el contrario nos los prohibimos nuestro cerebro se obsesionará y no dejaremos de pensar en ellos.

No te pongas reglas

Date permiso incondicional para comer. No te pongas reglas sobre cuándo sí y cuándo no, y elimina el sentimiento de culpa al comer. Sé consciente de lo que comes y de cómo ten encuentras antes de hacerlo por si hubiera alguna necesidad que no estés cubriendo.

Recupera las señales de hambre y saciedad

No cuentes calorías y come alimentos saludables, reconoce las señales de hambre y siente tu saciedad disfrutando de cada bocado, desafía a tu policía interna y abandona la culpa, atiende a tus emociones con amabilidad y respeta tu cuerpo con gratitud.

Recuerda que no solo la comida influye en nuestra salud. El 7% es el ambiente, el 11% los cuidados médicos, el 22% la genética, el 24% las circunstancias sociales y el 36% el comportamiento individual (mente, descanso, ejercicio y alimentación). Por lo que amigo y amiga Sapiens volvamos a confiar en nosotros mismos, tener hambre no es el enemigo, ¡es supervivencia!.

Sonia Ramírez Martínez
Dietista y Coach

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