En muchas ocasiones, la principal causa de que no podamos conseguir nuestros objetivos y muestras metas son nuestros propios límites.
Todas las personas tenemos creencias limitantes «certezas internas», que nos inhiben de afrontar retos, de dar los pasos para lograr nuestros objetivos y/o nos generan una sensación de inseguridad, de miedo, que, repercute negativamente en nuestro rendimiento y en los resultados que obtenemos. Las creencias limitantes, por tanto, pueden dañar nuestra autoestima.
El psicólogo Taibi Kalher, especializado en pacientes con problemas de autoestima, realizó un estudio y observó un patrón de creencias que eran comunes y que aunque en apariencia eran positivas, no hacían nada más que limitarnos.
En este artículo quiere hablarte sobre esas convicciones erróneas que tenemos respecto a uno mismo y cómo podemos superarlas para que no interfieran en nuestros objetivos:
Sé perfecto
«Quiero hacer todo bien: a la primera y sin fallos. Perfecto hasta el más mínimo detalle». Esta creencia genera un nivel de autoexigencia desproporcionado, que nos dificulta disfrutar de nuestro trabajo y valorarnos a nosotros mismos. Tenemos que
Sé fuerte
«Quiero ser capaz de hacer las cosas por mí mismo sin ayuda de nadie. Tener que pedir ayuda sería una muestra de debilidad, un fracaso». Esta creencia nos hace sobrecargarnos en nuestro trabajo, «anestesiarnos emocionalmente» y marcar distancias con los demás.
Complace
«Quiero agradar y gustar a todo el mundo. No quiero enfadar, disgustar o contrariar a los demás». Esta creencia genera un nivel de complacencia desproporcionado, que nos hace poner las necesidades de los demás por delante de las propias. Podemos incluso llegar a ir en contra de nuestras propias necesidades o valores personales, solo para lograr agradar y mantener un buen ambiente.
Date prisa
«Quiero aprovechar todas las oportunidades y no dejar pasar ningún tren. El tiempo es oro y no hay que perderlo ni desperdiciarlo». Esta creencia genera un nivel de estrés desproporcionado, al estar permanentemente «haciendo cosas» para aprovechar nuestro tiempo. Hemos de disfrutar de cada instante en vez de optimizar cada segundo y permitirnos descansar.
Esfuérzate
«Quiero alcanzar metas muy ambiciosas. No importa el esfuerzo o el sacrificio que impliquen. Aunque parezca imposible, hay que esforzarse». Esta creencia genera, con mucha frecuencia, un sentimiento de frustración, ya que en ocasiones no es posible lograr las metas planeadas a pesar de todo el esfuerzo y sacrificio realizado (al no ser realistas). Hay que ponerse metas y objetivos asequibles, y celebrar los pequeños logros.
Para cuidar tu autoestima y bienestar emocional amigo y amiga Sapiens, es importante que pares para darte cuenta de los momentos en los que se activan estas creencias en tu día a día y, en vez de dejarte arrastrar por ellas, decidas darte el permiso que necesitas para mitigar las consecuencias negativas y sacar la parte positiva de ellas.
