Un viejo satélite europeo impactará contra la Tierra en las próximas horas

El satelite europeo ERS-2 orbita la tierra a pocas horas de caer sobre ella
photo_camera El satelite europeo ERS-2 orbita la tierra a pocas horas de caer sobre ella

En abril del 94, la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) enviaba al espacio un satélite de casi tres toneladas. Llamado ERS-2, era el más sofisticado en su clase, y el 'hermano' mejorado del ERS-1, lanzado tres años antes.

Desde entonces han formado un exitoso dúo que ha ayudado a conocer desde cómo se ha reducido el hielo en los casquetes polares a la situación de un terreno tras una gran inundación. Una dupla pionera que también reveló los primeros signos de alarma del cambio climático antes incluso de que el término se hiciera tan popular como ahora.

Aunque estaba previsto que solo funcionara durante tres años, su vida útil se alargó hasta 2011, captando información esencial de la Tierra durante dieciséis años. Su misión terminó entonces, si bien desde la ESA pensaron que, con lo que le quedaba de combustible, podrían darle un final digno a su servicio y no dejarlo flotando entre la basura espacial de forma casi indefinida.

Así, ejecutaron un total de 66 maniobras que le llevaron en un año a bajar de los casi 800 kilómetros de altura hasta los 570. Ahí se acabó su combustible, pero la gravedad siguió empujándolo hacia nosotros.

En los siguientes años, ERS-2 fue bajando gradualmente, hasta estar por debajo de los 500 kilómetros. Ahora ha alcanzado un punto de inflexión por el que su trayectoria se acelerará de forma incremental en las próximas horas, estrellándose inevitablemente contra nuestra atmósfera este miércoles (las últimas actualizaciones sitúan su caída sobre las 21.53 hora española, si bien existe una horquilla de unas siete horas).

Este vuelo incontrolado, del que no sabremos su destino final sobre la Tierra hasta unas 24 horas antes del desenlace, está siendo monitorizado por la ESA en tiempo real.

"Ahora mismo tenemos unas dos toneladas y media precipitándose desde el espacio", explicó Benjamín Bastida, ingeniero de sistemas especializado en basura espacial de la ESA en rueda de prensa.

"La velocidad de caída depende de varios factores, como la radiación solar o las condiciones de la atmósfera en la órbita más baja, entre los 200 y los 100 kilómetros. Cuanto más nos acercamos al final, mejores predicciones somos capaces de hacer, descartando posibles zonas del impacto".

Porque, aunque por pura estadística lo más probable es que los restos caigan sobre una zona de mar (el 70% de la Tierra está cubierto por el líquido elemento), lo cierto es que hasta tres vueltas al planeta antes de que el viejo satélite choque contra nuestra atmósfera no se sabrá el lugar exacto en el que ERS-2 acabará desintegrado.

Aunque suene algo apocalíptico, que caiga hacia la atmósfera es el destino más deseable para uno de estos objetos. Porque, de no haber realizado ninguna de las maniobras al final de su vida operativa, el ERS-2 se habría quedado como una enorme mole de basura espacial orbitando uno o dos siglos en torno a nuestro planeta.

"Lo que regrese de este satélite será una pequeña porción de esas dos toneladas y media", aclaró Tim Flohrer, director de la Oficina de Basura Espacial de la ESA. "Ahora nos estamos esforzando por crear satélites que no generen tantos desechos, pero es una política de los últimos años".

No es la primera vez que la ESA toma cartas en el asunto y 'desorbita' una sonda. A finales del pasado mes de julio, Aeolus, otro viejo satélite de los 90, protagonizó la primera reentrada controlada de una sonda que no fue preparado para ello.

En vez de dejarla a su suerte, la ESA consiguió que los restos de Aeolus acabaran sobre la Antártida, reduciendo el peligro y el posible daño (ya bajo de por sí), utilizando lo que le quedaba de remanente de combustible.

Sin embargo, este no es el caso de ERS-2: si bien comparte con Aeolus el ínfimo nivel de riesgo para la vida humana, en este caso solo se puede ser testigo pasivo de su final. Buena reentrada, ERS-2.

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