“Odiseo está vivito y coleando”. La empresa Intuitive Machines lanzó este viernes ese mensaje, pero la necesidad de insistir en ello y la falta de fotografías y otras pruebas sobre el estado del módulo de aterrizaje apuntaban a que algo no iba del todo bien.
Finalmente, el consejero delegado de la compañía, Steve Altemus, ha admitido que el artefacto “se enganchó con un pie en la superficie, se inclinó” y aterrizó de lado.
Se trata de la primera vez que una empresa privada consigue posar un aparato en la Luna. La misión ha supuesto además la vuelta de Estados Unidos al satélite medio siglo después del programa Apolo. Ha sido un éxito histórico, pero algo menos.
En el momento del alunizaje, ya hubo una larga espera que presagiaba que algo fallaba. Aun así, la empresa cantó victoria y este mismo viernes aseguró que los controladores de vuelo se comunican y ordenan al aparato vehículo que descargue datos científicos y que el módulo de aterrizaje tiene buena telemetría y carga solar.
Altemus ha empezado la rueda de prensa en Houston proclamando el éxito de la misión y los logros que implica. Luego, ha llegado el problema. Muy gráficamente, ha cogido una maqueta del Odiseo y ha ilustrado cómo cree que el módulo ha volcado mientras alunizaba.
“El módulo de aterrizaje Odiseo aterrizó ayer a las 5:24, hora central, con un aterrizaje estable y controlado y un aterrizaje suave y seguro”, ha empezado.
“Es bastante increíble. Fue una misión bastante emocionante de siete días para llegar a la Luna. (...) El aparato está estable, cerca o en nuestro lugar de aterrizaje previsto. Tenemos comunicaciones con el módulo de aterrizaje, desde las grandes antenas de radioastronomía de todo el mundo que forman parte de nuestra red de telemetría lunar y con la nave espacial desde varias de las antenas y dos de las radios. Para empezar, es fenomenal”, ha dicho.
El aparato se posó en una región peligrosa para un alunizaje, llena de cráteres y precipicios, pero considerada de alto valor, porque se cree que esos cráteres en sombra permanente contienen agua congelada, cerca del cráter Malapert A, a 260 kilómetros del polo sur lunar.
El módulo enviado recientemente por Japón tuvo un problema similar. Volcó al alunizar y se quedó de lado. El problema, en ese caso, es que no pudo aprovechar sus paneles solares y quedó inoperativo, sin energía. Odiseo, en cambio, está “vivito y coleando”, según la empresa, y eso permite aprovechar las cargas útiles para llevar a cabo las pruebas previstas.
Con la persistente incertidumbre sobre la posición de Odiseo en la Luna, “conseguir esa imagen final del módulo de aterrizaje en la superficie sigue siendo una tarea increíblemente importante para nosotros”, dijo Henderson a Associated Press.
Tras haberse disparado en Bolsa con el alunizaje este jueves, las acciones de Intuitive Machines se desplomaban este viernes fuera del horario habitual de negociación, con caídas superiores al 30%, al conocerse que no todo había ido bien.