Una espectacular imagen fue capturada por el Telescopio Espacial James Webb, de la NASA, la cual maravilló a los científicos que investigan los orígenes del universo. En la colorida imagen se retratan los restos de la explosión estelar de Casiopea A (Cas A).
Lo que alguna vez fue una estrella y luego una supernova, ahora es solo una nube de polvo y gas que esconde algunos de los secretos de los orígenes de nuestra vida. La luz de la explosión de esta estrella, ubicada a 11 mil años luz de nuestro planeta, habría alcanzado la Tierra unos 340 años terrestres atrás.
La fotografía, capturada por el telescopio de alta resolución de rayos infrarrojos, revela detalles de la estructura nunca antes visto, como algunos elementos que lo componen (oxígeno, argón y neón, entre otros).
Las columnas de color rojo y anaranjado representan las regiones en que el material de la estrella choca contra el polvo circunestelar, explicaron en un comunicado de prensa de la Universidad de Texas. Pero el aspecto que no deja de sorprender a los expertos son las nubes de color verde que se pueden apreciar al costado inferior derecho de la imagen.
"Lo llamamos el Monstruo Verde", contó Danny Milisavljevic, profesor asistente de física y astronomía de la Universidad de Purdue. "Si se mira de cerca, se ve que está salpicada de lo que parecen pequeñas burbujas.
La forma y la complejidad son inesperadas y difíciles de entender". "Cas A representa nuestra mejor oportunidad para observar el campo de escombros de una estrella que explotó y hacer una especie de autopsia estelar para comprender qué tipo de estrella había antes y cómo estalló", explicó el académico.
La formación de supernovas y estrellas permite ahondar en los procesos cruciales previos que permitieron la formación de vida, tal como la conocemos. De estos eventos estelares provienen los elementos básicos para la formación de seres orgánicos, como el calcio de los huesos o el hierro de la sangre.
