Jessica Atkin de la Universidad Texas A&M y la estudiante de doctorado de la Universidad Brown Sara Oliveira Pedro dos Santos fueron quienes lideraron este experimento. Descubrieron que con gusanos podían crear vermicompost, un abono rico en nutrientes que puede ayudar a mejorar la salud del suelo y el crecimiento de las plantas.
"Los gusanos que se utilizan para producir vermicompost son lombrices de tierra, que son animales detritívoros. Esto significa que se alimentan de materia orgánica en descomposición, como restos de comida, ropa y artículos de higiene usados."
En busca de nutrientes, se recurrió al vermicompost; ese es el producto de una granja de lombrices. Señalan que los gusanos pueden alimentarse no sólo con restos de comida, sino también con ropa y artículos de higiene usados.
Para hacer el suelo menos tóxico, utilizaron hongos micorrízicos arbusculares (HMA) que capturan los metales pesados en los suelos lunares y evitan que sean absorbidos por las plantas. Los HMA son un tipo de hongo que vive en simbiosis con las raíces de las plantas.
Los HMA ayudan a las plantas, ya que pueden absorber los metales pesados del suelo y almacenarlos en sus hifas. De esta manera, protegen a los cultivos de los efectos tóxicos de los metales pesados.
Debido a la poca disponibilidad de muestras de suelo traídas por la misión Apolo, para el experimento los científicos replicaron muestras del suelo real lo más fielmente posible y crearon vasijas con entre un 25 y un 100% de imitación de regolito lunar mezclado con excrementos de gusanos. La mitad fueron inoculadas con hongos, mientras que el resto tuvo que valerse por sí mismo.
Las plantas cultivadas en suelos con mayores proporciones de regolito lunar (50%, 75% y 100%) mostraron un crecimiento reducido, con menos hojas y ramas. Esto podría atribuirse a la falta de retención de agua en el suelo lunar, dificultando el suministro adecuado a las plantas.
Las que no tenían protección fúngica comenzaron a morir a partir de la semana 10. A pesar de la inoculación, aquellas en suelo lunar al 100% solo sobrevivieron dos semanas adicionales.
No obstante, aquellas plantas que se desarrollaron en suelos con hasta un 75% de composición lunar presentaron resultados más prometedores, floreciendo a pesar de mostrar signos de deficiencia de clorofila.
"Las plantas en suelos con la presencia de hongos mostraron un aspecto más saludable y tuvieron una mayor longevidad, incluso en suelos lunares puros. Lograron florecer y producir semillas, aunque con un tiempo de desarrollo mayor al habitual."
Esta investigación es esencial para los objetivos de exploración humana a largo plazo, ya que nos encaminamos hacia la necesidad de utilizar recursos lunares y marcianos para desarrollar fuentes de alimento sostenibles. Ante el desafío de alimentar a futuros astronautas que residirán y trabajarán en el espacio profundo, esta investigación se convierte en un pilar fundamental.
Estas innovaciones no solo tienen aplicaciones en el espacio, sino que también ofrecen valiosas perspectivas sobre cómo las plantas pueden enfrentar condiciones estresantes y escasez de alimentos aquí en la Tierra.