El C.F. Fuenlabrada regresa al lugar que le dejó una huella histórica e imborrable, muy a su pesar. Riazor volverá a ser el escenario de un duelo entre el Deportivo de la Coruña y los azulones tres años después de aquel penalti en el último segundo que dejó a un Fuenla exhausto y bajo mínimos fuera del playoff de ascenso a Primera División. Mucho ha llovido desde entonces.
Ahora, el Deportivo es uno de los grandes equipos de la Primera Federación, y el mejor de todos jugando como local. Treinta y cuatro puntos de los cincuenta y cuatro que tienen han sido obtenidos en casa, donde sólo han perdido un partido de quince.
Pero, pese a esos datos que son demoledores, no lideran la clasificación con holgura. La reciente mala racha de resultados, con una victoria en cinco partidos, ha hecho que estén en la zona de playoff (no peligra) y con el Celta B pisando los talones.
El Fuenlabrada, por su parte, tiene altibajos que hacen que rote entre la zona de peligro y la salvación a lo largo de las jornadas. La igualdad entre el octavo y el decimoctavo es de solo seis puntos, y un triunfo o una derrota provocan grandes saltos en la clasificación.
Ganarle al Rayo Majadahonda hizo que los de Alfredo Sánchez vivan una semana de tranquilidad, pero quién sabe dónde estará al finalizar la jornada.
Lo que sí es seguro, y es la mejor noticia posible, es que el Fuenlabrada afronta el duelo contra el Dépor sin ninguna baja. No hay sancionados en esta ocasión, Álvaro Bravo ya entró en lista hace siete días y Manu Lama, que todavía no ha podido jugar ni un minuto, ha ido convocado para la visita a Riazor.
Por tanto, y tras muchas semanas, el Fuenla va con todos a buscar los tres puntos...y la tercera victoria lejos del Fernando Torres, que será juez de la salvación (o no) de los azulones en las jornadas finales.
