El C.F. Fuenlabrada encara el final de un 2022 que ha sido de todo menos fácil. Primero fue la agotadora y agónica segunda vuelta que terminó con el descenso de Segunda División. Luego, un verano difícil donde la plantilla volvió a cambiar de forma radical y hubo que adaptarse a la nueva realidad de la 1ª RFEF. Y para terminar, unos primeros meses en la tercera categoría que han sido decepcionantes e irregulares. Pero en las últimas semanas el equipo se ha reenganchado a competir (no de forma continuada hasta la pasada jornada), y la victoria ante el Sanse ha dejado un poso agradable. Queda un último partido antes de irse dos semanas de vacaciones: el de este domingo ante el Castilla. La oportunidad de mostrar que están encontrando el camino.
Curar los problemas de la mente es una tarea muy compleja. Cuando llegan las derrotas, lo hacen acompañadas de dudas. Pero cuando llegan las victorias, solo hace falta un pequeño tropiezo para volver a la casilla de salida. Por eso suele ser necesario hilar varias victorias consecutivas, para recuperar la confianza perdida y atreverse a intentar cosas que el temor te impide hacer. Tras la de San Sebastián de los Reyes, el Fuenlabrada quiere repetir ante el Castilla. Volver a ganar en casa tras dos partidos malos es otro objetivo prioritario.
La entidad del rival eleva la dificultad del desafío. El Real Madrid Castilla es uno de los grandes competidores del grupo, con un registro envidiable: dos derrotas en dieciséis partidos. Raúl González ha conseguido armar un equipo terrible que destaca por su capacidad ofensiva, siendo el segundo/tercer equipo más goleador (26 dianas), mientras que atrás es un equipo más normal. Tras años sin enfrentarse, se medirá a un Fuenla que terminó por cogerle la medida a los blancos, puntuando en ambos partidos en esa última temporada juntos (18/19) y ganando este verano en pretemporada 3-4.
Mere Hermoso vuelve a contar para este partido con Bolaño y Fer Ruiz, ausentes la semana anterior por molestias el primero y por sanción el segundo.
