El desastre ofensivo sigue llevando al Fuenlabrada directo hacia el desastre. Sigue sin ser fácil de asimilar cómo un equipo que llegó a pelear por meterse en el playoff ha terminado rezando a todos los dioses conocidos para meter algún gol y evitar un descenso que, paso a paso, se ha acercado sin pausa para llevarles a otra última jornada de cara a cruz. Por tercer año consecutivo, una mala temporada acerca a los madrileños al desastre.
Lo que debería ser bueno, depender de sí mismos, se convierte en una pesadilla para el Fuenla. No es nuevo, pero no deja de ser desalentador. De diez puntos de distancia con el descenso, a estar empatados con el Sabadell por evitar ser el último descendido. Cambió el entrenador, pero no cambió nada.
Se crearon más ocasiones, pero nada. Tuvieron un penalti contra el Arenteiro, pero ni así. Un gol en siete partidos, diez encuentros sin ganar. La mayoría, ante rivales directos por el descenso. Tenía la mayor distancia y con ganar uno o dos hubiera sido suficiente, pero no.
Ha quemado todas sus cartas, y ahora se la jugará a cara o cruz ante el Cornellá. Con el Real Unión perdió la penúltima partida en la penúltima jugada, habiendo tenido manos buenas con las que no llegó a hacer el all in. En un césped encharcado, pero para los dos, sacaron pronto ventaja los irundarras tras un error defensivo que dejó solo a Antón Escobar. Era el minuto diez y quedaba un mundo, pero exigirle una remontada a un Fuenla sin gol es no ser realista.
Dio lo que se le pedía anteriormente, atreverse a disparar desde donde sea. Tiene todas las papeletas para salir mal, pero puede ocurrir que un Fer Ruiz de la vida se saque de la manga un disparo a la escuadra que empate el partido un minuto antes del descanso. En líneas generales, era un empate que parecía justo. Y dejaba una segunda parte abierta a la esperanza.
Con el césped mejorando poco a poco y los cambios (en el descanso entraron Alba, Buer y Durán), la segunda parte dejó a un Fuenla que hizo méritos de sobra para llevarse el partido. Tres ocasiones de oro que terminaron en nada. La primera, un lanzamiento de Ilies tras un fallo provocado por un charco que acabó en el palo. La segunda, un disparo lejano de Fer Ruiz que sacó Irazusta por alto in extremis. Y la tercera, una jugada de Durán que, tras recibir solo y terminar recortando a su defensor, su disparo cruzado pegó en un defensor.
Perdonó el visitante y perdonó también el local, como si ninguno quisiera ganar de verdad. Nada más lejos de la realidad, pero la presión y las dinámicas hacen que lo fácil sea dificilísimo. Y que el dios del fútbol, cuando te ve de rodillas innecesariamente, termina noqueándote. En el descuento, rozando ya el cuarto empate consecutivo (que tampoco hubiera servido de mucho), Imanol Baz remató al fondo de la red un saque de córner tras picarla contra el suelo.
El Real Unión aprovechó sus cartas y se llevó la partida. El Fuenla no supo jugar las suyas y se marchó sin moral, con las manos vacías y un aviso de posible desahucio de la categoría. Ahora, o gana al Cornellá o se puede ir a 2ª RFEF. Para bien o para mal, todo acaba el próximo sábado. Sigue dependiendo del Fuenlabrada. A temblar.
ONCE DEL REAL UNIÓN DE IRÚN: Irazusta; Marcos Luna, Roger Riera, Josh Feeney (Eimil), Imanol Baz, José Carlos; Solís (Iván Pére), Vidorreta, Quique Rivero, Álex Cerdá (Asier Benito); Antón Escobar (Beobide)
ONCE DEL C.F. FUENLABRADA: Belman; Sotillos, Álvaro, Lama, Barbosa (Alba); Bravo (Buer), Ale Galindo (Aarón), Cristóbal (Carlos Benítez); Fer Ruiz, Currás (Durán), Ilies
ÁRBITRO: Jaime Ruiz Álvarez
GOLES: 1-0 Antón Escobar, min.10; 1-1 Fer Ruiz, min.44; 2-1 Imanol Baz, min.92
