Tras la enésima polémica arbitral surgida después del partido del pasado domingo en el Santiago Bernabeu entre el Real Madrid CF y el FC. Barcelona. Los medios de comunicación han vuelto a nutrir sus “minutos basura” en los informativos, con ínfimos detalles que no consiguen si no enfrentar a las personas y olvidarse que detrás de todo eso hay algo llamado fútbol.
26/03/2014 | Félix de Blas Martín
Como siempre el entorno más “rosa” del periodismo se ha encargado de enterrar los detalles técnicos de este deporte, bajo una montaña de pinceladas de lo absurdo que dañan la esencia del fútbol como deporte.
Centrar el grueso del transcurso de un partido en la figura arbitral es tan erróneo como oportuno, y no hace si no alimentar comportamientos determinados alejando a la opinión pública de la sana rivalidad que debería de existir. En este plano se puede situar el recurso literario y periodístico del árbitro, un personaje con el que rellenar artículos y avivar una peligrosa polémica que hasta ahora solo ha servido para enfrentar a las personas.
¿Acaso alguien ha hablado durante un rato con otra persona del partido sin acabar sacando polémicas arbitrales? Las decisiones arbitrales son las que son y la figura del colegiado existe en el fútbol desde siempre, y ha de servir para cumplir sus funciones y nada más.
Es cierto que los árbitros en España se equivocan mucho, si no que se lo pregunten al Real Betis, pero igual de verdad son las veces que un jugador remata a portería fuera o un defensa llega tarde para anticiparse a su adversario, incluso un entrenador se equivoca en un cambio.
Hablemos de fútbol sin dejarnos manipular, pensemos como atacaba el Barcelona y analicemos como lo contrarrestaba el Real Madrid. A nadie le importa la colocación en el campo de Xabi Alonso y Busquets o la cantidad de balones que roban y de cómo lo hacen, tan sólo nos fijamos en las faltas que hacen y no se pitan, y si es preciso hacemos zoom encima de ellas.
La esencia del verdadero fútbol, reside en los pequeños detalles que hacen aquellos que lo practican. En ocasiones, se puede llegar a ver más fútbol en segunda división B que en los grandes partidos, pues te aseguras que al día siguiente nadie va a manipular la opinión pública y a alejarla del deporte del que dicen hablar.
