Ciertamente puedo decir que no fui la única persona que se acostó y se despertó preguntándose lo mismo: ¿qué significa este triunfo para el resto del mundo? ¿Por qué el mundo se debe preocupar de quién gana las elecciones en Estados Unidos? Seguramente, la política exterior de Estados Unidos no debería pasar desapercibida.
Donald Trump se ha convertido en el nuevo Presidente de los Estados Unidos pero no asumirá su cargo hasta el 6 de enero de 2017. Ambos candidatos han estado en desacuerdo en casi todos los asuntos de política nacional y exterior, pero si hay algo que Hillary y Trump tienen en común es su firme apoyo a Israel.
A principios de este año, Donald Trump mostró una posición imparcial sobre Israel y Palestina y se negó a tomar partido. Sin embargo, después de todas las exhibiciones anteriores de buena voluntad sobre este tema, el lobby israelí no perdió tiempo y la campaña tomó un giro imprevisto. Sólo una reunión con Sheldon Adelson y un congreso con AIPAC han sido necesarios para cambiar su perspectiva sobre el tema.
Es entonces cuando publicó en su cuenta de Twitter que era "el más pro-Israel de todos los tiempos" y “(el) apoyo a Israel es una expresión del americanismo. Rechazamos la falsa noción de que Israel es un ocupante". Donald Trump está firmemente" comprometido" a apoyar la expansión de los asentamientos israelíes y a no reconocer un Estado palestino.
El ministro de Educación, Naftali Bennett, dijo que "la victoria de Trump es una oportunidad para que Israel retraiga de inmediato la noción de un estado palestino en el centro del país, lo cual perjudicaría nuestra seguridad y justa causa". “Esta es la posición del Presidente electo, tal como está escrito en su plataforma, y debe ser nuestra política, pura y simple. La era de un estado palestino ha terminado".
A muchos palestinos no les importa quién gane, creen que la situación de Palestina no cambiará y ninguno de los candidatos podrían haber sido grandes aliados. De hecho, a pesar de los grandes intentos de buscar una solución al conflicto y llegar a un acuerdo con dos estados, ninguno de los gobiernos anteriores ha logrado nada hasta ahora, los asentamientos siguen expandiéndose en los territorios ocupados, y Obama acaba de donar 38 millones de dólares a Israel en ayuda militar.
Los palestinos o tenían preferencia por ninguno de los dos candidatos, pero si la tienen con el tercero que permanecerá en la Casa Blanca hasta enero de 2017: Obama. Lo correcto que Obama debería hacer es reconocer el Estado de Palestina.
Este reconocimiento marcaría un gran giro en el conflicto. La comunidad internacional seguiría sus pasos y el proceso de paz comenzaría de una vez por todas. Los últimos meses de Obama en el poder son una oportunidad única para corregir los errores pasados y marcar un logro en el que su sucesor tendría pocas posibilidades de deshacer.
Es interesante cómo cambian los ideales políticos, un multimillonario que se describe a sí mismo como "neutral" en esta cuestión, puede aún ser comprado con dinero. Si hay algo que se puede decir firmemente es que nadie sabe exactamente lo que el nuevo presidente de los EEUU va a hacer.
Desde Oriente Medio | Ruth Marjalizo
