Opinión

¿Urge una nueva regulación financiera a escala global?

Definir una nueva regulación financiera a escala global parece ser la tarea que, de acuerdo con lo señalado por el Banco Internacional de Pagos (BIS), tendrán que asumir los organismos reguladores y supervisores de la materia financiera si quieren prevenir el advenimiento de una nueva crisis en ese sector en Europa.

Desde hace algunos años, nuevos competidores del sistema bancario tradicional han entrado en escena con la finalidad de disputarse la labor de custodiar y hacer más rentables las inversiones de los clientes. Y es allí donde, precisamente, el BIS ha hecho un llamado de atención, asegurando que estos actores, representados por una amplia gama de intermediarios financieros, pueden lograr que aumente la eficacia del sistema financiero, pero también pueden hacer que este sea más inestable.

Según el documento presentado por el director gerente del BIS, Agustin Carstens, actualmente persisten en el mercado “un poderoso entramado de actores, con enorme peso en el mercado, que incluso pueden impactar sobre las políticas de los bancos centrales”.

Es una nueva realidad en la cual la banca dejó de ser la protagonista y comparte el mercado con gestoras de activos, hedge funds, y otros instrumentos de inversión que, en algunos casos, pueden llegar a representar la mitad de los activos financieros. El informe trimestral de la citada organización destaca que, ante esta circunstancia, urge una inmediata regulación en ese sentido, y advierte que el gran peso que tienen en las finanzas mundiales estos nuevos actores “puede impactar sobre las políticas de los bancos centrales”.

En documento también se puede leer que “cuando aseguramos la estabilidad financiera, es esencial reducir la dependencia del apoyo de emergencia de los bancos centrales. Una visión sistémica para regular las intermediaciones financieras no bancarias es clave para gestionar las vulnerabilidades estructurales”.

El papel de trabajo también hace referencia a los riesgos que suponen en cuanto a sus niveles de liquidez, a su apalancamiento en ocasiones oculto y a su menor capacidad para encajar los shocks financieros.

Hace, asimismo, un llamado a los “agentes del mercado” para que regulen y centren su atención en las denominadas “finanzas descentralizadas”, en las que se inscriben las operaciones con criptoactivos.

Así que ante la pregunta: ¿urge una nueva regulación financiera a escala global?, todo apunta a que sí es preciso crear mecanismos de protección adicionales y muy necesarios para prevenir la ocurrencia de nuevos episodios de crisis financieras no solo en Europa, sino a nivel global.

No hay que olvidar la incertidumbre que ha desatado la aparición de la variante ómicron en vista de su posible impacto en la economía de muchos países, que recién ahora están reactivándose tras casi dos años de pandemia.

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