Opinión

La deuda global subió como la espuma

Definitivamente, el panorama global, en lo que a temas de economía y finanzas se refiere, no ha dejado de sorprendernos. Los vaivenes de la economía durante los últimos dos años han ocupado los titulares de los principales medios de comunicación.

Los organismos multilaterales y centros de pensamiento a nivel global se devanan los sesos tratando de interpretar y predecir qué deparará el futuro en la economía mundial.  Y es así como la inflación, el alza de las tasas de interés, las medidas de los bancos centrales y las recetas de los multilaterales centran la atención de los interesados en el devenir de la economía.

Ahora bien. El Instituto Internacional de Finanzas informó que, gracias a la emisión de bonos de los mercados emergentes, liderados por China, la deuda mundial alcanzó un récord de 303 billones de dólares en 2021 no obstante la mejora observada en el ratio de carga financiera en relación al PIB, por la recuperación de las economías desarrolladas.

De acuerdo con el informe del IIF, los llamados “mercados emergentes” fueron responsables de más de 80% de la deuda global, lo que representa un monto que supera los 100 billones de dólares. Durante el año pasado hubo un incremento de 10 billones de dólares, cantidad inferior a los 33 billones de dólares en 2020, del gasto público para enfrentar las consecuencias de la crisis sanitaria originada por la pandemia.

Lo anterior implica que los mercados emergentes están iniciando este 2022 con un reto trascendental para sus economías, ya que requieren de refinanciamiento récord en momentos en que la Reserva Federal de Estados Unidos está alistándose para incrementar las tasas de interés.  Es un importante escollo por superar por parte de los gobiernos regionales, ya que los niveles de deuda siguen siendo muy elevados.

China, Rusia y Arabia Saudita han registrado aumentos significativos en sus niveles de deuda corporativa. Se ha observado, específicamente en estos gobiernos, que su economía está dependiendo, en gran medida, de préstamos que se encuentran fuera del presupuesto. Aunque ha habido moderación y desaceleración, aún persisten las causas que dieron origen al sobreendeudamiento.

Por otra parte, el IIF también destacó en el documento presentado que más de 85% de la deuda adicional de los mercados emergentes en 2021 fue emitida en moneda local, lo que redujo drásticamente la voracidad de los inversionistas. La participación externa en mercados de bonos locales fue de tan solo un 18%, lo que representa el nivel más bajo desde el año 2009.

El pasivo mundial sigue aumentando. Y por ahora, en el corto plazo, no se vislumbra un clima que logre un importante descenso de la deuda, que no deja de subir como la espuma.

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