Opinión

Veinte mil artículos de Cunqueiro

A raíz del libro Al pasar de los años. Artículos Periodísticos (1930-1981) de Cunqueiro, una selección de doscientos artículos realizada por M. González Somovilla. 

Álvaro Cunqueiro Mora, Mondoñedo, 1911, Vigo, 1981 es uno de los grandes escritores y periodistas del siglo veinte español y gallego, escritor en dos lenguas. 

Carmen Naranjo en su artículo titulado Álvaro Cunqueiro, la literatura de los artículos periodísticos publicado en La Vanguardiael 25 febrero del 2020, indica y expresa que Cunqueiro escribió y publicó unos veinte mil artículos periodísticos en toda su trayectoria vital y existencial como escritor y como periodista. 

Cunqueiro autor de poemarios, prosa-narrativa, teatro, relato, ensayo, artículos periodísticos que están a medio camino entre el periodismo y la literatura-poesía-fabulación-imaginación. 

Cunqueiro es una de las grandes figuras de la literatura y del periodismo de la Península Ibérica del siglo veinte, como todas las personas tiene sus luces y sus sombras, y como toda persona, toma unas opciones y decisiones, en un momento, personal e histórico concreto. Ahora, desde el siglo veintiuno, juzgamos muy alegremente, a prohombres y promujeres de dicho siglo, que atravesaron o cabalgaron entre dos guerras mundiales, una guerra civil en Celtiberia, una constante dinámica de revoluciones y contrarrevoluciones sociopolíticas en todo el mundo. 

Es decir, una situación enormemente compleja, que aunque la situación actual que estamos viviendo, de incertidumbre, vulnerabilidad, debilidad por el virus, es enormemente dramática, no es comparable con esa etapa que le toco vivir a la generación de Cunqueiro y compañeros mártires, de un color del cerebro o del otro… 

Cunqueiro se movió siempre, en ese juego, entre realidad y realismo e imaginación-fabulación, en mi modesto entender, es el creador o precedente, de lo que después, o al mismo tiempo, se denominó el realismo mágico iberoamericano. Es esa mezcla y combinación de ideas e ideas literarias, combinándolo con sus tradiciones gallegas más enraizadas en su conciencia, tanto individual y colectiva, con las formas de narración del siglo veinte. No olvidemos, las revoluciones literarias de Proust, Kafka, Joyce, etc. 

En ese entreacto de acontecimientos culturales, que fueron evidentes en el siglo veinte, saltos cualitativos, podríamos indicar a y en todos los saberes, científicos y técnicos, pero en todas las ciencias sociales, y por consecuencia también en las humanidades, filosofía, artes, teologías, en definitiva en y de la interpretación del ser humano, de la humanidad, del corazón-alma-carne-cuerpo-psique-mente del ser humano, no solo a nivel individual, sino colectivo. 

En todas esa raigambre de redes y de tapices, se encarna la vida-biografía-existencia-vivencia de un ser humano, que se llamó Cunqueiro, que le dio por escribir literatura, con todos los trozos de realidad exterior e interior que encontraba, los acontecimientos interiores y exteriores los convertía en relato, con la forma de ficción imaginable y fantasiosa, para pintar y representar mejor lo que él pensaba de lo que somos. Y, los acontecimientos de la realidad periodística, eran tanto información como literatura. Al final, se le achaca la famosa frase: “las noticias verdaderas son las que tienen trescientos años (…) las noticias modernas son falsas”. 

Quizás, llevaba razón, los acontecimientos del presente, apenas conocemos todos los datos y causas y fuentes que existen y los explican. Están diríamos limitados por diversidad de intereses y fines. Quizás, las noticias ya interpretadas, los datos de hace tres siglos, ya son más verdaderos. Pero, modestamente, yo le matizaría a Cunqueiro, maestro y gran maestro del periodismo y de la literatura.

Las noticias para analizar el pasado, se tienen que servir de fuentes y archivos y datos, y ya, los hombres en su época, tachan y limitan y censuran y tapan unas fuentes y, promocionan otras. Quizás, por eso, por ese sentir, usted señor Cunqueiro, con buen ojo, pensó, que en el reino de la imaginación y fantasía, hay más realidad para explicar la realidad, que en las grandes disecciones de esa misma realidad. Quizás, en ese campo de lo imaginario-fantasía, hay más realidad-verdad que en tantos análisis profundos. 

Para terminar, indicaría que volvamos a leer-pensar a Cunqueiro, y a las entidades culturales gallegas y españolas, creo que merecería una Fundación, aunque sea virtual, para que se estudiase su legado cultural, y también, de momento, una Web oficial sobre su obra literaria y periodística. La Academia Gallega de la Lengua podría ponerse en ese quehacer a la luz de la luna en un bosque gallego… 

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