Opinión

Testimonios, documentos, archivos, autopsias, Historia

Existe un problema en la historiografía y en la filosofía de la historia y en el estudio de la historia como ciencia social, es que toda tesis tiene que está argumentada con datos y documentos. 

¿Pero qué sucede si los datos, argumentos, razones, documentos, testimonios se van perdiendo, o no se recogen a su debido tiempo, o se seleccionan de determinado modo, o se pierden o se destruyen, o solo se conservan solo algunas perspectivas o dimensiones…? 

- Por consecuencia, nos enfrentamos al problema, que a la hora, de analizar y estudiar y entender y comprender el presente, pero también el pasado, ocurren, diríamos dos límites, o faltan documentos o faltan testimonios, o exceden en tal cantidad, que seleccionar cuales son los pertinentes es enormemente difícil

A eso habría que añadir, que esos documentos sean ciertos y sean verdaderos, o en qué grado sean ciertos y verdaderos. Por tanto, aunque no guste oírlo, la mayor parte del pasado queda incógnito para la generación siguiente o las tres o cuatro descendientes. Pero, esto ocurre, a nivel de microhistoria y de microhistoria. A nivel, de entidades sociales o políticas, de Estados, de Culturas, de religiones, de familias, de la economía, de la política, de la cultura, etc. 

¿Qué hacer entonces, qué hacer además de lo que ya se realiza, para conservar para el futuro, sabiendo que en el futuro, quizás documentos o informaciones que ahora no valoramos, el futuro si las tendrá en cuenta? ¿Qué hacer, porque la enorme ingente producción de datos y documentos, además de conceptos e ideas en todos los materiales y registros puede ser tan ingente, que incluso la conservación informática y telemática tiene un coste notable, además, de que en un segundo se podrían perder no solo bibliotecas físicas como en el pasado, sino enormes repositorios con billones de datos y documentos…? 

Esto es aplicable a cualquier realidad, grande o pequeña, de un sector de la sociedad o de otra, de un tipo de actividad cultural u otra. Por ejemplo, de verdad qué sucedió en los campos de concentración del siglo veinte, de un lado del mundo o del otro. De verdad, que sucedió el llamado 23 F, de verdad que sucedió a tus bisabuelos, de verdad que sucede en los sistemas de selección de las universidades en el profesorado, de verdad que sucede en los sistemas de selección de artistas plásticos o literarios, de verdad y de verdad y de verdad que… 

O, si no sabemos la verdad completa, la cuestión, es más sencilla y más fácil, pondremos un ejemplo, pero aplicable a cualquier realidad humana, personal y social, de un ámbito de lo real o de otro… ¿Qué sucedió en el 23 F? ¿Yo, estaba en el servicio militar…? ¿En estas décadas he intentado averiguar, de verdad, qué sucedió, que me afectó personalmente, aunque yo era un simple soldado perdido en uno de los cuarteles de la Piel de Toro…? 

Me pregunto, no deberían antes de que fallezcan todos los protagonistas, pequeños y grandes, narrar lo que ellos vieron y dejarlo por escrito. Con la intención, de que sus familiares no lo publiquen, hasta que pase cincuenta años de ellos fallecidos… Siempre, cierto es, que juren que lo que escriben, juren ante Dios que es verdad, y si son ateos, que lo juren ante la humanidad y ante su conciencia, lo más recta posible… 

- Las personas que han participado en acontecimientos especiales, sean de un tipo o sean de otro, especialmente las que participaron queriéndolo o no, en acontecimientos graves, dónde entra el bien o el mal, u otros parámetros, antes de fallecer, en verdad y bondad y racionalidad y prudencia, jurándolo ante Dios, deberían escribir sus testimonios y su experiencia de esos hechos. Y, dejarlos escritos para dentro de cincuenta años después de ellos fallecidos. 

Estas memorias-testimonios-escritos-diarios-documentos, a veces, no se realizan, porque no quieren los protagonistas o testigos que sus familiares sepan lo que hicieron sus padres o abuelos o bisabuelas, por tanto, se debería buscar un sistema o procedimiento, una “caja fuerte secreta”, que se pudiesen guardar documentos, y que nadie supiese su origen, ni siquiera sus propios familiares o descendientes, y, después, en una fecha equis, por ejemplo, cincuenta o cien años después, se abran. Si están escritos a máquina, difícilmente se reconocerían quienes son los autores de esos escritos, es decir, sus actos. Ni siquiera sus descendientes. Se debería buscar un sistema para que esto fuese operatorio, secreto, etc. 

Pero esto ayudaría mucho a entender y comprender, multitud de fenómenos y realidades en los que los humanos entran a formar parte, desde todas las actividades sociales, empresariales, económicas, políticas, culturales, etc. 

Cierto también, que aunque los protagonistas se refugien en el secreto, de otra forma no lo narrarían o no lo contarían, también hay que indicarles, que deben decir la realidad-verdad que han visto, y dar suficientes notas y características para expresar que lo que cuenten es realidad, que ellos estuvieron en esos acontecimientos, o son narrados por oídas de otras, y jurarlo, por Dios y en Dios, lo que dicen, o si son ateos, por el bien de la humanidad… 

- Para terminar, tenemos que hacernos la pregunta, tenemos derecho los seres humanos a saber lo que ha sucedido, realidades que nos afectan, dos o cinco generaciones después. Y, con esta otra pregunta, tiene derecho la sociedad, que personas que han cometido graves delitos, no pondré ejemplos, pero sean criminales en serie, o sean otros tipos de graves delitos, en situaciones límites, ¿tiene la sociedad, con todo el respeto del mundo, cuándo esas personas han fallecido, extraerles el cerebro, y que ese cerebro se quede para el estudio de la ciencia…? ¿Es decir, realizar autopsias del cerebro y estudios para intentar averiguar porqué esas personas eran como eran, hicieron lo que hicieron…? 

¿En definitiva, para intentar averiguar el misterio del bien y del mal, el enigma del bien y del mal, para intentando con archivos y documentos, y con autopsias…, averiguar, porqué una persona hizo lo que hizo, porqué una persona fue testigo o sufrió aquello otro…? 

¿Porque si todo se pierde, si no averiguamos, lo que sucede o ha sucedido en la realidad, estaremos muy propensos a repetir esos actos, en otras circunstancias o en otros contextos sociales o políticos o culturales o económicos o religiosos o ideológicos o…? ¿Porque eso es lo que hemos hecho durante siglos, la rueda de los siglos, ir repitiendo los mismos males y maldades, de una manera o de otra, en un contexto sociopolítico o en otro, bajo una bandera o bajo otra…? 

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