Opinión

Los políticos deben ser más estimados

(c) Foto JMM
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Creo que hemos caído, sálvese quién se salve, en un error radical y profundo y esencial que es la crítica negativa, la hipercrítica negativa a la clase y estamento de la política.

Estimo y creo que es un enorme error. No digo que sean perfectos, ni santos, ni tengan un gran nivel de conocimientos, ni de moralidad… No digo que tengan más que la media de la población –porque para eso las ciencias sociales, nos tendría que ofrecer este dato-, pero tampoco pienso, en principio que sean y estén en una proporción o media por debajo de la población.

Pueden que no sean mejores que usted o que yo, en conocimientos, en moralidad, en cultura, en sentido común, en racionalidad, en prudencia, en inteligencia, en creatividad, pero pienso que tampoco están por debajo de usted o de yo o de su vecino…

Creo que es un enorme error la crítica tan radical y negativa que se hace a la clase política, al estamento político, a la política en general, y, a las personas que se dedican a la política, durante un año o diez o treinta… Que alguien no sea de tu violín político no merece la crítica tan negativa y acerada y ácida que se le hace. Creo que se ha caído en un enorme huevo y pozo, tan negro, con consecuencias impredecibles e imprevisibles, si no se ataja y se cura esta herida.

Usted o su vecino o yo mismo, no está o no estará de acuerdo con algunas normas, algunas medidas, algunas leyes, algunas actuaciones. Y, aún más, se me pone la piel con un enorme temor, teniendo en cuenta la historia de Europa y de España, con algunas medidas, porque no sé, no sé hacia dónde nos pueden llevar… pero pienso que el político y los políticos y la clase política merecen más respeto, por parte de la población. Merecen que se les hagan críticas racionales y prudentes y con razones y argumentos y datos, y, sin tocar la honorabilidad de sus personas…

Quizás, nosotros lo haríamos peor, quizás nosotros, usted y yo, no seríamos capaces de soportar todas las presiones que ellos y ellas tienen que sufrir… pienso que debemos ser más generosos con la clase política. Creo que tenemos que ser más racionales…

La columnista María José Fuenteálamo, publicó en The Objetive, una columna titulada: Pablo y su voracidad por ser amado, en el día 07 de abril 2021. En la que nos narra la peripecias biopolíticas de un político español de estos últimos años, y, de pasada con el título de su columna, me lleva a pensar las reflexiones modestas que estoy haciendo… opino y pienso y creo y estimo y percibo que todo ser viviente desea ser amado y querido y estimado, que todo ser humano lo mismo, y, creo que cada individuo de la clase política también…

En estos días, leía y pensaba, que el buque insignia de la información periodística está en la política y en la economía, en la econopolítica o en la polítieconomía. Si no fuesen por esos dos temas, la mayoría de personas, no abrirían cada mañana las hojas de papel o del ordenador para leer noticias. Después los demás temas, serían secundarios, incluidos los artículos de opinión, como éste que usted está leyendo o mirando por encima como si fuese un ojo subido a una avioneta que percibe el paisaje…

Quizás, no guste, quizás haya que perfilar o matizar todo lo que quieran ustedes la siguiente afirmación, pero yo creo, que tenemos que tener un respeto leal a la Autoridad y a la Autoridad Política. Tenemos que darle nuestro respeto y nuestra lealtad. Porque han sido puestos por el pueblo, porque han sido puestos –durante siglos, muchos millones han creído, por el Ser Supremo, según las versiones antiguas, o más modernas, por el Ser Supremo comediándose/valiéndose por el pueblo…-.

Sin el respeto a la Autoridad Legal, las sociedades, los Estados, Europa, España caerán en la anomia: moral, legal y social y jurídica, caen y caeríamos en el desorden y en la no-paz. Solo la paz social y la paz política y solo el orden social y el orden político hacen que disminuyan los males y las injusticias y las iniquidades en las sociedades y en los Estados y en los entes sociales y en los individuos…

Pienso y opino y creo que usted y su vecino, con razones y argumentos y datos y hechos tienen derecho a criticar ideas y conceptos o prácticas de la política o de la clase política o de un sector de la política o de un grupo de la política o de una ideología política.

Usted tiene derecho, es legal y es moral, entra en la libertad de expresión y de conciencia. Pero usted no tiene derecho a criticar negativamente, con palabras improcedentes, a nadie de la política de forma no moral, de forma radical, ni de forma no racional. Ni tocar su honor, ni tocar su fama, ni tocar su buena voluntad…

Pienso, que es un enorme mal, la enorme crítica negativa que se hace a toda la clase política y a la política y a la Política, y, a muchos de sus representantes, a muchas de sus entidades, a muchos de sus colectivos… Pienso y opino, que como continuemos así, nos deslizaremos por un barranco que después va a ser muy difícil ascenderlo… Todo el mundo puede romper una silla o un botijo, pero no todo el mundo sabe hacer una silla o un botijo. Yo, desde luego no… -bueno, yo, si sé hacer un botijo…-.

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