Opinión

Galicia y el pulpo á feira

Pulpo a la gallega / á feira es como una escultura de aire y agua y tierra y fuego. Todo se une para con el sabor del mar y el paladar de la tierra, crearse un misterio del yo / nosotros.
Feria del pulpo en Carballiño (Galicia)
photo_camera Feria del pulpo en Carballiño (Galicia)

Pulpo, patatas, sal gruesa, sal en escamas, pimentón dulce y picante, aceite de oliva…  En definitiva agua y tierra y aire y fuego, en definitiva, naturaleza viviente, naturaleza humana, naturaleza vegetal y, naturaleza metafísica. No solo degustamos con los ojos, sino con la mente, sino con la conciencia, sino con/en la Trascendencia… 

Se han encontrado escritos periodísticos sobre la comida y la gastronomía desde el siglo XVIII. La alimentación es la base del ser humano, algunos dirán que no es el único, porque el ser humano es un ser heterogéneo en su unidad y substancialidad.

Pero los investigadores nos indican, que el cambio de la forma de comida en la prehistoria supuso cambios cerebrales, el paso en la más antigua prehistoria de ser recolectores a ser comedores de carne, carroñeros de alguna manera, de comer solo vegetales a degustar proteínas pudo suponer cambios esenciales en el cerebro, en la encefalización, en la humanización, en los cambios evolutivos de la especie o las especies humanas en estos dos millones de años. Incluso antes en el periodo de varios millones de años, que se llama de los homínidos, seres vivientes, que no eran simios, ni tampoco primates, pero no eran de ninguna especie humana, sino anteriores… que ya caminaban en forma bípeda… 

Degustar y saborear trozos de pulpo con trozos de patata con pimentón rojo, dulce o un poco picante, es de alguna manera, que las neuronas y las pupilas pueden llevar a recuerdos, a estancias en otros tiempos, a actos que realizaste en otras ocasiones, hace meses o años, con las mismas personas o con distintas. Es de alguna manera saborear algo bueno de la vida, que es moral en sí, que es bueno en los distintos estratos sociales, es bueno para la economía, para la sociedad, para la cultura, para la política. Es estar con otros, o solo, o pequeños grupos o familia, degustando como el tiempo pasa por el espacio, las horas por el lugar, y la vida nos parece mejor. 

Porque la vida no debe ser solo mejor, sino sentir que la vida es mejor… sentirnos mejor en la vida. Este plato, puede hacerte olvidar por unos minutos algo de la tristeza o angustia que puedes arrastrar, y, todos, mayores o menores, todos sentimos el picotazo de alguna angustia o pena. Y, son de tantas clases y de tantas maneras. Al final, un procedimiento equis, puede no funcionar por docenas de causas, y solo funciona de una manera. Aquello de Edison que había probado mil maneras de cómo no funciona la bombilla, hasta que encontró la manera de que sí lo hacia… 

Modestamente no soy un sibarita, no soy un gourmet, no soy un hedonista o epicureista del plato o de la comida. Pero si opino que como modestos articulistas tenemos que rozar distintas temáticas y realidades, para intentar aclarar un poco algún aspecto. Para quizás, sentir que el mundo no es solo cosas malas, sino también indiferentes, pero muchas son buenas y están en el lado bueno de la realidad…

Relatamos platos y gustos y sabores, para indicar, puede con moderación y sosiego y prudencia y con medida, degustar este plato. Porque es bueno para su mente y su carne y su alma. Porque usted merece el descanso de la buena comida. Porque abre un buen trozo de pulpo, abre oberturas a la música interior que arrastramos, nos acerca un poco a la esencia de lo que somos y en lo que estamos. Nos indica que no solo somos individuos aislados y solos, sino que somos herederos de una cadena en la historia… 

En Carballino, Orense, una realidad que trajeron los maragatos de León, se construyó en Carballino desde hace seis décadas, se consumen y degustan cuarenta toneladas de pulpo, cien por mil personas visitan el lugar, y sienten y resienten el buen sabor de la vida. La historia cambia y los gustos cambian. Dicen que los maragatos trajeron el pimentón a Galicia, y revalorizaron el pulpo, que los gallegos de hace siglos no valoraban. Hasta que se percataron de que el pulpo era el oro del mar con ventosas y ojos grandes. Por algo, indican, los biólogos y etólogos, que el pulpo es uno de los animales, en algunas de sus especies más inteligentes que la Naturaleza ha hecho evolucionar… 

Somos lo que comemos, pero no solo somos lo que comemos, los humanos necesitamos realidades materiales, realidades culturales, realidades espirituales. Y, con la combinación de esos tres grupos de elementos realizamos la interpretación del mundo. Que pueden ser modestas o grandilocuentes, formuladas con ecuaciones o con poemas. Pero son algo que nos representa a lo humano, a la humanidad, al silencio y al ruido y a la música que hacemos, y en la que somos… Galicia podría crear un museo material o virtual sobre el pulpo a la gallega… 

El pulpo representa ese milagro humano, algo simple y modesto, con varios ingredientes, algunas patatas, el pulpo en sí, algo de pimentón, cocido y, encontrando el punto exacto, y, ese sabor nos parece como las olas de agua salada en una tarde de enorme calor en la arena de la playa donde descansa la carne, descansa la mente, descansa el alma… 

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