Opinión

Fragmentos XVI de Juan de Portoplano

El de Portoplano mientras lágrimas blancas caían en la tez de la tierra, pensaba, ¿cómo encontrar un sistema justo y equitativo para la gestión cultural? 

- En la Biblia hay docenas de escritores dentro de ella, cientos de historias, miles de pensamientos-ideas-emociones. La Biblia es el gran libro occidental, no solo de religión-espiritual, sino de literatura y de protofilosofía y de cultura… 

- Vive con sosiego y modestamente, tengas un alto nivel de vida o mediano o bajo, y, de ese modo, tendrás posibilidad de ver la luz y la negrura con claridad o con más claridad… 

- No, sigas mis consejos, porque yo también estoy perdido en la vida, pero si al menos, mis frases te sirvan para entender nuevas preguntas o matices o aspectos de la realidad… 

- Tantos en la vida te han silenciado o menospreciado, y, ahora, no pueden soportar que tú, tienes un pequeño lugar, en el mundo cultural, y ellos y ellas, que eran tan importantes, no son capaces nada más que de dar voces en la plaza del pueblo… No, pueden soportarlo, no pueden soportarte, no pueden soportarse… 

- Confundieron, es común desde hace siglos, que alguien tenga un puesto profesional pequeño y modesto en la vida social, con que eso era reflejo de que no sabía nada o casi nada. Y, y entonces, lo machacaron, silenciaron, vituperaron, pero después, pasan años y lustros, y se dan cuenta, que ese del oficio modesto, tiene una presencia intelectual mayor que ellos. ¿Y, que tienen que hacer, cuándo durante décadas le han cerrado todas las puertas…? La solución es fácil, seguir pasando, como si ese ser no existiese, y al final, no existe, porque nadie le permite tener una pequeña presencia cultural en su ciudad, provincia, comarca, región… 

Pero si ese ser humano, ha descubierto algo, en algún campo de la realidad social cultural, cómo no tiene ningún lugar en la cultura, ni en la sociedad-cultura, pues ese descubrimiento o pregunta o dato o argumento se perderá… 

¿Pero qué es lo que puede suceder…? ¿Qué los mismos que les han perjudicado y silenciado y cerrado las puertas, esos mismos, se perjudiquen, porque quizás alguno de sus biznietos, tenga un problema grave, que no tenga solución, pero esa persona al que silenció o marginó su padre o su abuelo, ya aportaba la respuesta y solución…? 

Esto puede parecer demasiado enrevesado y gongorino y barroco. Pero es fácil, si silenciamos a una persona, en su producción cultural, por una o mil razones, puede que esa persona aporte soluciones, pongamos por ejemplo, a los accidentes de tráfico. ¿Qué sucede, pues que se le silencia en su actividad cultural, pongamos por caso, en la poesía o en la pintura, pero también, directa o indirectamente, en su aportación para evitar accidentes de tráfico? 

Por tanto, si se le diese un poco lugar cultural, quizás, su poesía tendría un pequeño lugar o su pintura, pero también indirectamente, sus ideas para evitar accidentes de tráfico. Pero, como no se le otorga ningún lugar, se le niega estar en directorios, diccionarios, exposiciones, antologías, referencias, pues su trabajo no está en ningún lado, pero tampoco sus referencias de sus ideas, si es que tienen valor, para evitar accidentes de tráfico… 

¿Quién sabe, si algún nieto o nieta de esas personas que le negaron el pan y la sal, se podrían haber salvado, si diez o cincuenta años antes, la sociedad hubiese valorado alguna de sus ideas, en cuanto a los accidentes de tráfico…? 

¿¡En el pecado propio está el mal del otro, pero también, la penitencia sobre uno mismo!? ¡Paz y bien, fuera rencores y fuera inquinas y fuera maledicencias y fuera odios…, pero esta es la realidad…! 

¡¿El mal siempre se envía a otros, pero siempre vuelve de alguna manera a uno mismo, o a sus propios descendientes, aunque el que sufra el mal no haga nada por devolver el mal, solo lo soporte y sufra, sino que el mal por si mismo…!? ¿¡Igual que el bien, que llega a otros, y puede llegar, directa o indirectamente también a tus descendientes, aunque tú, tú nunca lo sepas…!? Cierto es que no es lo mismo, el que hace el mal, que el que se defiende justamente del mal… 

- No deseo, ni quiero, ni necesito inquinas, rencores, maledicencias, ni iras de nadie, ni de mi mismo conmigo mismo, ni de mi mismo hacia los demás, ni de los demás hacia mi mismo. Dejadme, que los pocos o muchos años que me resten o queden, dejadme vivir en paz… ¡Déjeme usted que viva en medio paz conmigo mismo, al final, solo he intentado buscar verdades y bondades, en forma de escritura y de pinturas, no es tanto delito, para que usted me tenga tanta inquina o rencor o maledicencia…! ¡Y, si he encontrado alguna, usted saldría ganando, igual que si fuese un matemático, si encontrase un nuevo teorema, usted saldría beneficiado, aunque usted nunca lo supiera…! 

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