Opinión

Adagios XLI de Juan de Portoplano

El de Portoplano se miraba-remiraba en el espejo, y se hacía la pregunta eterna, como encajar mi forma de pensar con la realidad y con las palabras-cultura. Somos una combinación de percepciones y de ideas-conceptos-cultura y esto lo intentamos que armonice con una ecuación consigo mismo, y con lo que denominamos realidad. Cómo hacerlo de forma más verídica y verdadera y bondadosa y racional y prudente…

- El drama de un pensador encerrado en su sillón, y abandonado en el silencio del enorme mar de la cultura-sociedad, intentando encajar que las ideas-conceptos sean verdaderos y sean bondadosos y racionales y útiles en relación con las realidades sociales-naturales-culturales-metafísicas…

- Te das cuenta que en estas décadas, casi todo el mundo ha progresado y tú, que te has esforzado tanto, siguiendo la ley y la moralidad más correcta, no solo no has progresado, sino que has retrocedido. Y no entiendes, no comprendes nada.

- Esperabas de los que predicaban la verdad y la bondad, que te tratasen de forma más correcta. Esta es una de las tentaciones del mundo, cuántas personas se alejan del bien y de la verdad, porque los que la predican, están muy lejos de sus predicaciones, sean unas ideologías de un color o sean de otro, seculares o no seculares.

- No puedo encerrar el universo en mi cabeza, es más extenso que mi cerebro; no puede la humanidad, toda la especie humana y su evolución de milenios, tampoco, al menos por el momento.

- No entiendo apenas nada, no comprendo apenas nada. Vivo en un mar de percepciones y de ideas y conceptos y de frases y de realidades, pero no sé cómo encajarlas entre ellas, en mayor grado de veracidad-verdad-bondad-bien. Estoy perdido en mi mismo y conmigo mismo y en el mundo-sociedad. Estoy perdido…

- No te aproveches de quién es o parece vulnerable y débil, porque puede crecer, el cachorro crece, y no sabemos si se convertirá en lobo o en perro. No te aproveches de la presunta o real debilidad de otro ser humano.

- Todo ser humano lleva un mar interior lleno de tormentas y huracanes dentro, si a eso se añade el mar exterior, lleno de tifones y seísmos, es muy difícil, pocos son los que consiguen calmar el océano interior en el océano exterior.

- Ten cuidado, de aquellos que prometen grandes ideales, ten cuidado, por si quieren hacerte a su imagen, por si desean llevarte por caminos no suficientemente reales, verídicos, verdaderos, bondadosos, racionales. Ten cuidado en las cuevas y grutas dónde te metas, metas tu cuerpo y tu corazón y tu alma. 

Ten cuidado, porque existen, y han existido y seguirán existiendo muchos embaucadores-engañadores-manipuladores, que con las grandes ideas, esclavizan a los seres humanos. Ten cuidado también de aquellos que solo te prometen materialismos y hedonismos y experiencias sensibles, porque ellos también te quieren meter en cárceles, que parecen que tienen barrotes de oro, pero son hierros retorcidos. Ten cuidado, continúa tu vida normal y rutinaria, en tu familia y en tu trabajo, no aspirando a demasiado, no aspirando ni a demasiado mucho, ni a demasiado poco, avanzando en edad y conocimiento y sabiduría, pero despacio y modestamente.

- España siempre en su laberinto, hasta que el laberinto se rompa del todo, se parta en pedazos.

- Los ricos se quieren independizar de los pobres. Esta es la realidad. No solo los pobres de los ricos.

- ¿Qué es bien, bien en todos los sentidos, y bien moral, y qué es mal, mal en alguno de los sentidos y mal moral?

- Lo que cuentan las abuelas, todo lo que cuentan, no es siempre verdad, ni verdad-bondad, ni siempre es error, ni error mal, o mal-error. Tú tienes que dilucidar, y que la afectividad, a favor o en contra de la abuela, no te lleve a equivocarte, sino a medir de verdad la realidad.

- Habrías tú soportado, lo que quieres que los otros soporten.

- Con la demagogia, prometiendo realidades que no se pueden cumplir, se rompen las sociedades y los Estados.

Es demagogia lo que no está en consonancia con la realidad explicada por el saber ortodoxo y prudente y racional y demostrado de cada momento histórico.

- Tienen a los pueblos, llenos de deseos y faltos de conocimientos, y durante lustros, ese sistema, puede funcionar para regir a los pueblos y a las sociedades, pero viene una crisis, y siempre llegan la crisis, y los pueblos no son capaces de soportar la realidad, la cruda y real realidad, quieren seguir viviendo en los deseos y en las ilusiones.

- Nunca se termina de pensar, ni de repensar, ni de observar, ni de reobservar.

El de Portoplano ya cansado de observar y de reobservar, de pensar y de repensar volvía al redil, y se decía a sí mismo, cuánto avanzaría la humanidad si a todas las cuestiones humanísticas y filosóficas, pudiésemos aplicarle un sistema más lógico de racionalidad, y si es posible, metodologías científicas e incluso matemáticas. Cuánto avanzaríamos. Y cansado cerró el portillo de su vivienda, esperando otro día.

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