Según los datos que se disponen el verano es la época más compleja y complicada de conducir, dónde se producen cinco fallecidos al día…
Según la Fundación Línea Directa en una “nota de prensa”, dice que en verano se producen cinco fallecidos al día, y la tasa de mortalidad es un veinte por ciento superior.
Debido a varios factores: aumenta la cantidad de vehículos en las carreteras y vías, el cansancio de los viajes largos de ida y vuelta, las imprudencias de los conductores, que quizás, en los viajes cortos no se toman todas las preocupaciones, que se desconocen algunas vías y carreteras que nos son extrañas, que posiblemente, las personas de media toman más alcohol, quién sabe si aumentan discusiones de pareja y, como se suele indicar si septiembre es el mes del aumento de las peticiones de divorcios, quizás este factor también tenga importancia…
Según los datos que indica dicha Fundación Línea Directa, en los últimos diez años, se produjeron en vacaciones 165.000 accidentes, en los que fallecieron tres mil trescientas personas, y, también resultaron heridas 234.000 personas.
Hay que valorar y no olvidar el drama que esto supone para las personas, los individuos, las familias, la sociedad, y, me atrevería indicar para el Estado. Hay que imaginar cuántos padres se quedan sin hijos, cuántos hijos sin padres, cuántos abuelos sin nietos. Heridas que muchas personas llevan en sus corazones, durante décadas, hasta que el último viento de aliento y de respiro de sus ojos. Un dolor que las personas tienen que llevar y sobrellevar como pueden, durante el resto de sus vidas…
No hay que olvidar el gasto económico para todos los entes que entran en esta dimensión: sean las compañías de seguros, sean las propias familias, sea el sistema sanitario y de seguridad social que sustenta el estado del bienestar de la sociedad y del Estado, sea el coste psicológico de sufrimiento de tantas personas que tienen que padecer que están diríamos, alrededor de un accidente de tráfico, sean los problemas económicos familiares, sean la carga que, como en los anuncios de este verano, tiene que llevar las personas que han intervenido en esa realidad, etc.
Según los datos que nos proporcionan dicha Fundación, indican que el 61 por ciento de los conductores no siguen las normas de descanso, que el 54 % superan los límites de velocidad, y seis millones beben alcohol en esos viajes de ida y vuelta de casa a los lugares de vacaciones…
A veces, me pregunto, no tengo datos empíricos, ni científicos, cuándo en las televisiones se realizan esas entrevistas de vuelta de vacaciones, y, las personas, algunas se quejan de tener que volver otra vez al tajo o al trabajo, y, lo dicen con cansancio y pesar.
Me pregunto, si este factor, esta variable, digamos de desaliento, podría ser una razón más que se inserta en este enorme conglomerado de la tragedia diaria de los accidentes de tráfico… Es volver, por ejemplo, a la vivienda familiar, y saber, que dentro de un día o dos o tres tienes que volver al trabajo diario y rutinario, si sería, pregunto, uno de los factores de “una conducción no correcta en la vuelta”. Aquí dejo una sugerencia de estudio por y para los especialistas…
Según datos del 11 de julio del 2023 la DGT prevé que este verano se producirán 95 millones de desplazamiento en las carreteras españolas. Con lo cual tenemos que llegar a la conclusión psicológica moral, que las personas tienen que disponer de un grado de autocontrol mayor sobre sí mismas, para que los factores de riesgo como la fatiga, el cansancio, el calor, las prisas, las velocidades no adecuadas, las distracciones, las discusiones familiares o de pareja, las preocupaciones personales, la densidad del tráfico, el desconocimiento de vías y carreteras para el conductor, etc., no sean los factores que juntándose acaben siendo una tragedia, sea ésta pequeña o mediana o grande o grave…
Hay que enseñar y aprender que la conducción correcta es un derecho y un deber psicológico y moral, e, incluso espiritual, hacia si mismo y hacia los demás. Es cierto que los humanos cometemos errores, es la condición humana, ontológica y metafísica, por ser seres limitados, pero también es cierto que tenemos una enorme capacidad de voluntad y de buena voluntad, y, quizás, reitero, hay que enseñar que el conducir bien, o, esforzarse en hacerlo, es un deber moral hacia si mismo y hacia los demás…
Habría que valorar como España es tierra de paso de vehículos hacia otras naciones-Estado, especialmente, en verano, si sería recomendable regalar folletos en distintos idiomas, para esas personas que atraviesan la Península Ibérica. Folletos en los que se indiquen normas mínimas y consejos y sugerencias. Dejo esta cometa de idea para que la estudien los órganos pertinentes…
También, con la legalidad vigente, si la DGT, podría estudiar y analizar, en determinadas fechas, como es en verano, enviar masivamente, correos o mensajes a millones de teléfonos con normas y sugerencias, adaptadas al tiempo y a las situaciones concretas, etc.
Un artículo de opinión o literario como éste, es un invento que los humanos nos hemos dado por y para abordar cientos de temas, con una mezcla de objetividad y también de subjetividad. Quizás, una frase, diríamos no necesariamente, totalmente, académica y científica, pero real y con afecto y objetiva y realista pueda servir con el fin, de hacer pensar. Muchos articulistas piensan que argumentan para convencer, mi caso, es para reflexionar, uno mismo y los demás… ¡Aquí dejo mi pequeña bandera…”
¡Siempre pienso que diez millones de cerebro piensan más que uno o que cien o que mil… existen más de diez millones de cerebros conduciendo, quizás, ellos y ellas tengan otras soluciones, otras afirmaciones, otras preguntas, otros argumentos, y, quizás, entre todos, podamos encontrar pequeñas soluciones, que podrían resolver y reducir la tragedia de los accidentes de tráfico, la tragedia de tantos niños y niñas que se quedan sin padre o madre, de tantos padres y madres sin hijo o sin hija…! ¡Paz y bien…!