Opinión

3.000 calaveras del osario de Wamba

En la Iglesia de Santa María de Wamba, Valladolid, se encuentran más de tres mil calaveras y otros huesos de monjes, desde el siglo XIII al XVIII. 

Se cree que ya existía una iglesia en tiempos de Recesvinto, y después, una restauración desde el 928, pasando posteriormente por monasterio, posteriormente solo por iglesia, con distintas restauraciones. 

No debemos olvidar, aunque estos osarios en iglesias, sea algo excepcional, tampoco este es único existen otros en Europa como el de Douaumont, Kutna Hora, Brno, Sedlec, Faro, Evora, el de los capuchinos en Roma, etc. 

En principio, no es una realidad cultural, o cultural religiosa, que me agrade, pero diríamos dentro del análisis de la naturaleza humana, individual y colectiva, que estamos realizando en estos cientos de artículos, hay que tratar este tema, dentro, diríamos de las realidades sococulturales e histórico religiosas de la Piel de Toro, pues hay que reflexionar, poner algunas pinceladas, sobre este tema, porque ya modestamente, en otros artículos lo hemos realizado con otros osarios de Europa… 

En general, estas acumulaciones de esqueletos humanos, se producen, por la rehabilitación de una iglesia, por falta de espacio en un cementerio, en este caso concreto se habla, porque podría haber habido en la actual plaza, un cementerio y al realizar obras, y surgir los esqueletos, pensaron, que lo mejor era ponerlos en un lugar del antiguo claustro del monasterio, dónde por los vericuetos de la historia, pasó por iglesia visigoda, mozárabe, románica. Podríamos que ha ido transformándose, diríamos el paisaje interior y exterior de los seres humanos que atravesaron estas tierras, sin negar, la historia tan olvidada en estos momentos, que bajo varios siglos, el poder visigodo se enseñoreó de estas tierras de Celtiberia, y aquí, en este lugar, posiblemente, pasó el poder del rey Recesvinto, visigodo, al rey Wamba, también visigodo… 

Hoy, visto desde las estéticas del arte actual, quizás, estas acumulaciones de huesos, no sería tan mal visto, cualquier día, podríamos ver en algún museo internacional, la obra de un autor plástico, que en esculturas de distintos materiales, en una pared, en el suelo o en media sala ha acumulado huesos y calaveras de cien o quinientas figuras, en escayola, bronce, hierro, plástico, etc. ¡Y, en ese caso, supongo que la crítica y la opinión pública, se bifurcaría en dos interpretaciones, los que les parecería una instalación que abre nuevos horizontes, y los que piensan, que es algo macabro, siniestro, triste, trágico…! 

No parece que en esta acumulación de huesos de Wamba, colocados, diríamos de forma aleatoria y azarosa, solo formando montones, no es como en otros osarios como hemos indicado arriba, que han formado figuras, adornos, esculturas, en la pared, incluso escudos familiares, o en un caso, una lámpara de huesos. Aquí, parece que es simplemente, una acumulación, y según los lugareños, había, hace un siglo tres veces más, incluso, dicen las buenas o medianas o regulares lenguas, que el gran Marañón, se llevó un camión de calaveras para la universidad de Madrid, hacia los años 50 del siglo anterior… 

No podemos negar, que cada calavera de las aquí presentes, cada hueso perteneció a una persona, fuese monje o agricultor, que vivió en un siglo, que tendría ilusiones, pasiones, deseos, temores, heridas, traumas, alegrías, felicidades, que tendría hijos o no los tendría, que fue tratado por la vida de forma benevolente, según su época, o fue un cúmulo de tragedias y sufrimientos, que pudo tener mucho poder dentro de la orden religiosa, o ser un humilde campesino, que todos los días temía, que la climatología no le favoreciese, con el peligro de caer en el hambre, por mala cosechas, quizás, o, una mujer que estuvo toda la vida anhelando un poco de felicidad, o un mendigo, que se acercó por esos lugares y falleció, o quién sabe, si alguno de estos esqueletos, con los vaivenes y carrusel de la historia, pudo ser un rey o hijo de rey, o una reina o hija de reina… 

Cada realidad humana, se puede percibir-pensar-analizar-sentimentar, -si se me admite el verbo último que hemos creado-, de distinta manera. Aunque no todas las perspectivas son iguales y semejantes, pero en principio, tenemos que admitir que existen multitud de formas de acercarse a un fenómeno, por ejemplo éste, que es una mezcla e hibridación entre historia, sociedad, cultura, religión, espiritualidad, arte, estética, etc. 

Por lo cual, aunque, en este osario, parece que no se hizo primordialmente, con una intención barroca, de “recordar como pasa la vida, como llega la muerte”, sino una “necesidad de acumulación de los esqueletos, y que estuviesen en un lugar digno”, no podemos obviar, la pregunta, que está en una de las paredes de este osario: 

“Como te ves, yo me vi. Como me ves, te verás. 

Todo acaba en esto. Piénsalo y no pecarás”.  

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