Opinión

La alimentación en los dolores de cabeza

Como es lógico la alimentación también interviene o influye en las cefaleas o dolores de cabeza como se dice vulgarmente. Es de sobra conocido que las dietas deben ser pautadas de forma individual y adecuadas en todo momento a las características de cada persona, pero siempre que hay una patología del tipo que sea con mucha más razón.

La cefalea, o dolor de cabeza es un síntoma o manifestación clínica que suele ser multifactorial, afecta diariamente a un 5% de la población, 15% semanalmente y hasta un 50% de forma mensual. Es tan frecuente, que supone casi el 30% de las consultas al médico general.

La migraña es una enfermedad extremadamente compleja cuya causa íntima parece estar en sutiles alteraciones de varios genes. El cerebro del paciente parece estar predispuesto a sufrir crisis de migraña merced a un estado de hiper-excitabilidad cerebral sobre el que actuarían diversos factores endógenos y ambientales desencadenantes de las crisis de dolor de cabeza y otros síntomas de la migraña.

El dolor de cabeza es además, una causa muy frecuente de baja y absentismo laboral, representando este y otros motivos, un importante factor socioeconómico. La migraña o jaqueca, es un tipo de cefalea que muestra una clara asociación con diversos factores dietéticos.

Encontrar la solución siempre ha sido uno de los objetivo de la medicina, y no es menos cierto que hasta ahora no se ha llegado a ninguna conclusión científica. Pero los últimos años existen líneas de investigación que encuentran estudios que pueden apuntar a que puede ser un déficit de la enzima DAO o (diamino oxidasa) la causante de gran parte de dichas dolencias.

Parecer ser que las personas con un déficit de DAO tienen una actividad reducida de la misma y ante la ingesta de determinados alimentos ricos en Histamina presentaría una serie de síntomas muy parecidos a lo que es una reacción alérgica.

La histamina, es una sustancia nitrogenada de bajo peso molecular que sintetizamos nosotros mismos y que al mismo tiempo puede encontrarse en diversos alimentos en una concentración variable

La ingesta de histamina con los alimentos puede causar diferentes efectos que dependerán de la cantidad presente y de la susceptibilidad de la persona en estudio. En el artículo Histamine and histamine intolerance (Histamina e intolerancia a la histamina) se afirma que la intolerancia a la histamina se produce cuando no es posible un equilibrio entre la acumulación de histamina y su degradación.

Así, en personas sanas la histamina de origen dietético es rápidamente degradada, frente a personas con intolerancia a la histamina en las que esta sustancia terminará por alcanzar niveles “tóxicos”. Al final, la acumulación de histamina puede desembocar en diarrea, dolor de cabeza, moqueo abundante, asma, hipotensión, arritmia, urticaria, prurito, enrojecimiento de la piel, etcétera.

Pautas Generales a tener en cuenta

Acudir a tu médico o especialista de confianza (Si notas que no esta todo lo actualizado que debería y no termina de convencerte lo que te dice no dudes en buscar una segunda opinión y cambiar de médico)

Realizar ejercicio físico: Cuando se acelera la respiración, se reduce el estrés, la depresión y la ansiedad, agentes potenciales de las migrañas y de las cefaleas (en particular de la cefalea tensional, ocasionada por la tensión acumulada en hombros, cuello, cuero cabelludo y mandíbula)

También puede ser importante mantener 4 o 5 comidas diarias en un horario más o menos fijo. Estas ingestas asegurarán un reparto homogéneo de calorías y un nivel constante de azúcar en sangre (lo cual evitará las hipoglucemias, otro detonante de las migrañas).

Pero como siempre importa el CONTEXTO  y la persona propiamente dicho, puesto que puede ser que a mucha gente le venga mejor espaciar algo más las comidas y hacer menos ingestas al cabo del día, ya que eso le daría más descanso al nivel digestivo y actualmente sabemos que hay un eje intestino-cerebro que de ese modo no lo activaríamos de forma tan continua. No extrapolar a todas las situaciones y a todas las personas.

Por supuesto, es contraproducente realizar dietas "milagro" en las que se proponga pasar varios días o semanas consumiendo un solo alimento, o se propongan ayunos prolongados sin ningún tipo de preparación y/o acondicionamiento.

La falta de hidratación     Beber agua impedirá que empeore el estado general del paciente o agrave los síntomas.
El descanso es otro punto que debemos tener en cuenta.

El estrés crónico actual tampoco ayuda en nada o olvidarnos de este tipo de dolencias o malestares.  
Evitar ayunos prolongados:  El ayuno no deja de ser un estresor para el organismo, y aunque últimamente pueda estar muy moda por ciertos beneficios, en diferentes situaciones como la que estamos tratando puede que no sea la mejor opción.

Puede actuar como desencadenante al tener ciertos niveles de glucosa más bajos de lo habitual o que baje la tensión (no por ello significa que sea peligroso) pero si puede mermar la actividad diaria y con ello iniciar los síntomas o dolores.

Como consecuencia de ello habria un incremento en la liberación de las “hormonas del estrés”, pudiendo existir hiperactividad simpática que sea la causante del dolor de cabeza.

Excluir determinados condimentos y aditivos: como los nitratos, nitritos o el glutamato monosódico, que están presente en diversos productos.

Consumo de Alcohol: En torno a un 11% de los pacientes migrañosos deben su cefalea o dolencia a este mal hábito.

No  hace falta decir que el consumo de tabaco es otro desencadenante de los dolores de cabeza, migrañas etc...

Reducir o anular alimentos con alto contenido en Tiramina (presente en el queso maduro, el hígado de pollo, arenques, nueces, etc.),   o Feniletilamina (encontrada en ciertos quesos o el chocolate). Ambas tienen acción vasoconstrictora, tras la que se produce una vasodilatación de rebote causante de la cefalea, sin embargo,  no debemos descartar que dicho efecto sea producto de un mecanismo inmuno-alérgico.

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