Opinión

Dieta de la Piña


Lo primero que podríamos hacer seria preguntarse:
¿Puedo emplearlo para siempre?
¿Es un tipo de alimentación completa?

Si ambas respuestas son un NO rotundo, deberíamos empezar a dudar aunque solo fuera un poquito.  Este mismo argumento es igual de valido para cualquier dieta con “apellido”. Cuando digo con apellido me refiero a dieta de la piña, dieta del huevo, dieta dukan y etc… Además me atrevería asegurar que todas dietas consideras “milagro” son poco o nada saludables.

Carece de fundamento y por no tener, no tiene ni un mínimo de rigor científico. La piña como cualquier otra fruta tiene buenas y grandes propiedades pero NO, no es la panacea ni el santo grial de la nutrición.

La OMS, GREP-AED-N, AEP, AAD y por supuesto la Academia Americana de Nutrición y Dietética, que agrupa a más de 100.000 profesionales de la nutrición y que es la asociación más importante e influyente del mundo en este campo ven prioritario e imprescindible elevar el consumo diario de frutas y hortalizas. Para ello destacan algunos de sus muchos beneficios, pero cabe destacar que este tipo de dieta no es el contexto adecuado.

El Consenso para la prevención y el tratamiento del sobrepeso y la obesidad de la (FESNAD) Federación Española de Sociedades de Alimentación, Nutrición y Dietética. No sólo NO avala la capacidad adelgazante de la piña ni las proteínas por si solas, sino que en el caso de que este incremento de proteínas se hiciera a costa de proteína de origen animal podría NO ser tan beneficioso como pudiera parecer.


Además a medio o largo plazo (superior a 6 meses) las dietas de muy bajo contenido energético NO originan una mayor pérdida que las dietas de bajo contenido calórico y SI que representan un mayor riesgo de efectos adversos que las dietas de bajo contenido calórico”.

Tras revisar meticulosamente la bibliografía en las diferentes bases de estudios científicos de mayor prestigio a nivel internacional (Pubmed, Cochrane, y webs de referencia como Medlineplus y etc..) la conclusión a la que podemos llegar es la siguiente: NO existe evidencia seria y rigurosa que confirme semejantes afirmaciones positivas. Por lo tanto me parece un inmenso y grave error buscarle privilegios y otorgarle bondades que no tiene/merece.

La forma en la que tu cuerpo procesa, almacena y libera energía está regulada/modulada por tu propio organismo. Además del simple y obsoleto balance calórico, hay muchos más factores involucrados en la ganancia vs pérdida de grasa. Entre dichos factores se encuentran la falta de sueño, el estrés, la salud emocional y demás variables están influenciados en mayor o menor medida, por tus hormonas.

No entiendo y no me termina de entrar en la cabeza que haya profesionales que no valoren y la situación hormonal a la hora de pautar una dieta. Este tipo de dietas tan restrictivas se cargan de un plumazo todo el metabolismo, la función hormonal (insulina, leptina, grelina, glucagon, cortisol y etc..)

Para conseguir una pérdida de % graso, que no de peso (no es lo mismo ni por asomo) no basta con reducir de un modo drástico y abismal la cantidad de alimentos. En muchos casos, aquí está el mayor problema. Dietas de 1.200/1.300 calorías, bajas en grasa y sin recargas son poco manejables, de escasa adherencia, hacen que la persona se aburra y se canse enseguida. Estas estrategias suelen derivar en daño metabólico con el consiguiente efecto rebote. Por ello parecer ser mucho más eficiente  y satisfactorio elevar el flujo energético. (Hablare de ello en futuros artículos)

Lo más sensato y coherente radica en establecer un cambio de hábitos, debe realizarse de manera paulatina de tal forma que no se vea mermada su autoestima y voluntad. Se trata de consolidar un patrón alimentario que sea sostenible en el tiempo.

Ya que prácticamente la mitad de la energía se gasta en mantener la temperatura corporal. Ante un déficit calórico prolongado, el cuerpo reduce su temperatura para ahorrar energía (estudio). Esto dificulta también el control de la glucosa, dando lugar a hipoglucemias frecuentes (estudio), exacerbando los antojos y reduciendo tu auto-control (estudio).

El organismo es sabio y reticente a la hora de desprenderse de un bien preciado como es la grasa. Si nos remontamos a tiempos anteriores (homínidos, paleolítico y demás etapas de la vida) la grasa era sinónimo de supervivencia.

La lógica es la siguiente:  Si estás en modo de supervivencia y pasando hambre tus reservas de grasa son bastante más importantes que tu masa muscular.

Los músculos consumen mucha energía. Al pasar a modo de supervivencia, el cuerpo disminuye el metabolismo (gasta menos) y la masa muscular se convierte en poco útil, salvo para extraer energía (Catabolismo muscular) Al gastar las reservas de glucógeno el cuerpo empezara a descomponer la masa muscular en aminoácidos para proveerse de la energía que no le es suministrada por la alimentación.

La clave de una dieta bien planteada lo primero es que sea densa nutricionalmente, luego está en la saciedad que provoca el cuadrar de manera eficiente los alimentos (hay que olvidarse un poco de macros y porcentajes) el proceso más lento que genera su metabolización y absorción.

Existen muchas dietas y muchos protocolos que reportan excelentes resultados. Entre ellos y aunque suene extraño, como las basadas en un alto contenido en grasa (Cetogenica) que comiendo ad libitum se pierde peso con más eficacia que con una hipo-calórica clásica, aunque solo sea por el mero hecho de ser mas saciante y por ello al fin y al cabo tiendes a ingerir menos calorías.

Conclusión: La dieta de la piña o la dieta X como cualquier otra dieta con nombre y apellidos son poco rentables y eficaces.

Lo primordial de cualquier tratamiento dietético debe ir enfocado en preservar la masa muscular y es obvio que hay que generar un déficit calórico pero con un mínimo de sentido común para que el peso perdido corresponda a la oxidación de ácidos grasos y que estos sean usados como sustrato energético. Los menús tienen que ser personalizados y adaptados a la sintomatología, alergias, intolerancias si ges que la hubiera pero se tendrán en cuenta las preferencias y gustos del paciente/cliente.

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