Opinión

Cómo sentirse gay en nuestra sociedad sin tener ninguna persona LGBT en tu entorno

¿Algunas veces no os sentís identificados con nada? Quiero que se plantee esta pregunta durante un minuto. Se puede identificar con cualquier cosa de su vida, tanto de forma general como más concreta. A raíz de la pandemia del COVID-19, se han perdido muchos aspectos importantes durante el pasado 2020 que son los pilares en la vida de muchas personas: el trabajo, la familia y amigos, el dinero, la vida social y la relación con uno o una misma.

Hemos tenido por estas circunstancias dejar nuestra suerte en manos de una política burguesa que únicamente se preocupa con materializar sus intereses de todas las formas posibles sin importar con cuantas vidas se lleven por delante o perjudique. En resumidas cuentas, nos hemos quedado sin referente alguno, señores y señoras, Y sí, repito. ¡Sin referente! Estamos más perdidos que un alfiler en un pajar. Y se va manifestando en problemas cotidianos y nos van convirtiendo mediante pequeñas revoluciones personales. Y es lo que me ha pasado hace poco.

El otro día me encontré con un amigo. Me resumió que estaba de bajón porque una de nuestras mejores amigas tenía novio. Vosotros os diréis si no es cosa del otro mundo. Yo también tenía esa premisa. Sin embargo, vi que tenía un peso personal. Una parte de mí se alegra de que nuestra amiga inicie una aventura amorosa, pero otra observaba que mi colega se derrumbaba.

En el entorno de ambos no conocemos muchas personas LGBT, por esto, nuestra amiga de la que os hablo tiene un valor en la vida de mi amigo, como la plata en el sistema capitalista de nuestra sociedad. Al cambiar de instituto, para él se convirtió en un gran referente, con su estética, su actitud y su seguridad para los 17 o 18 años, cuando la conocimos y estudiábamos en Bachillerato.

Al ser bisexual, se identificó mucho al momento de conocerla. Al contarnos aquella preferencia que tenía al salir con chicas, sin negar su atracción por los chicos, fue aquel detonante que provocó aquella buena amistad con él, nombrando su condición de ser gay. No pensaba que nuestra amiga al salir con un chico le iba a afectar tanto.

Cuando he dicho que se estaba derrumbando me refiero a que se está desvaneciendo una figura importante para él en cuanto a poder conectar con alguien teniendo como punto en común sus propias orientaciones sexuales y los obstáculos y prejuicios que hay que superar. Pero sí me di cuenta de que nuestra amiga podría haber sido como ese reflejo para calmarle. Si embargo, es sólo un fantasma.

En su día ya comprobé que ser gay y bisexual es muy diferente en está sociedad. Pero otra cosa muy distinta es vivirlo en primera persona. No es lo mismo decir o presumir que estás saliendo con una persona del sexo contrario, y sentirlo. No tienes el riesgo que esa presión social que se manifieste en homofobia de alguna forma ya sea indirectas, miradas de acero o comentarios; o directa, menosprecios o agresiones. Pero tampoco niego que exista la bifobia.

Pero si que es verdad que al declararse homosexual parece que las propias circunstancias personales insultan a los demás y que para ellos uno se vuelve menos hombre. También hay que añadir la condición de mi amigo, ser un chico no binario, por lo que las opciones que se dan (hombre o mujer), no se identifica con ninguna. Y las personas de su alrededor no son excepción. Ser pansexual es un reto en nuestra sociedad, y más aún que hay restricciones que dificultan la comunicación con otras personas sintiendo esa falta de libertades.

César Sainz

Twitter: @Sainz2Csar

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