Opinión

No te mientas, estás acostumbrado al escándalo

Otra mujer más asesinada esta semana por su marido, no me sorprende. Otra familia desahuciada, no me extraña.

Y otra, otra más, y nunca punto final. Nos han moldeado, o más bien, nos hemos dejado moldear. Humanidad bajo mínimos. Nuestra mayor sorpresa: me han subido los seguidores de Twitter.

¿Será cierto eso de que nos hemos acostumbrado al escándalo? ¿Nos han deshumanizado? 

Entonces, ¿qué somos? Podríamos decir que seres vivientes ordinarios, quizá plantas o animalitos guiados por sus instintos.

El escándalo ha sido individualizado y a la vez neutralizado. No sabemos quién es el autor de semejante despropósito, pero nos han robado parte de nuestra esencia. La capacidad crítica se encuentra en muletas sin ayuda de la humanidad. Ahora bien, a mí nadie me ha pedido permiso para arrebatarme mi asombro. ¿O acaso lo cedí yo acudiendo a bulos o dejándome llevar por el egoísmo?

La Presidenta de la Comunidad de Madrid ha contratado por el momento solo a 390 de los 11.000 docentes prometidos. 

-De Ayuso no me sorprende nada. – 

¿Perdón? ¿Qué está sucediendo? ¿Será que la capacidad crítica se erosiona? Seguro que está curada de espanto. Aun así, no sabemos quién es el causante de dicha erosión. Pueden ser los medios, los políticos o incluso nosotros mismos.

-Si de mí dependiera no lo consentiría. No consentiría los intentos del sistema por anular mi capacidad de enjuiciamiento, ni mi humanidad. – Sin embargo, sigues deslizando la pantalla cuando piden difusión ante la desaparición de aquel niño de tu barrio. Deshumano.

Habiendo mencionado esto me gustaría añadir otro término a este círculo vicioso: la empatía. Se cierra así la rueda.

Humanidad y empatía, hermanas de distinto padre, están ambas asociadas a la capacidad crítica y el asombro. Y es que sin empatía los hombres quedamos deshumanizados, sin causa posible de extrañeza y por lo tanto sin incentivos para nuestra capacidad crítica.

Sin empatía no me importa que haya una parte de la población que se encuentre en grave riesgo y no me importa si debo llevar la mascarilla. Si nos da igual el resto, ¿cómo vamos a enjuiciar todo aquello que nos rodea si para nosotros el sol gira en torno a nuestra vida? El egoísmo es el detonante del deterioro de la crítica y de la pérdida de la humanidad. Y si no enjuicio, no me asombro, me acostumbro al escándalo.

Dijo Simone de Beauvoir: Lo más escandaloso que tiene el escándalo es que nos acostumbramos a él.

Por ello, piénsalo durante un momento, no te mientas y dime si aceptaste los términos y condiciones de toda esta deshumanización. En el caso de ser así, no te culpo, la vida de verdad está hecha para mentes dispuestas a mantener el equilibrio en el borde del precipicio, y eso, querido lector, es agotador.

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