Opinión

Amor platónico por la Corona

Tenía once años  y recuerdo que por ese entonces me gustaba un chico de trece, alto, moreno y de ojos verdes. Una niña de primaria enamorada de uno de secundaria, os podéis imaginar el desenlace de la historia. Cuando pasaba por mi lado me parecía que se ralentizaba el tiempo, los pequeños detalles se hacían grandes. Mi corazón se aceleraba cuando le veía. 

Pero desafortunadamente tenía novia, una chica despampanante de catorce años contra la cual la pequeña Carmen no tenía nada que hacer y desde entonces viviría un romance de uno, desde la barrera.

Este desamor infantil podría resumir en un párrafo lo que es el amor platónico, aunque nunca viene mal introducir una definición tomada de una fuente más culta. 

Amor platónico o “crush” en inglés: dícese del amor idealizado y sin relación sexual. Un amor ciego que todos hemos o habremos de experimentar al menos una vez en la vida, aquel inalcanzable.

En España existe un crush que no deja inadvertidos a muchos españoles y españolas: la monarquía. Es el crushpor excelencia, y nunca mejor dicho. Felipe es el quarterback de película americana que revoluciona a todo el público aunque no haga nada relevante, o le amas o le odias. Sin embargo, hay alguien al otro lado del pasillo del instituto a quién ni siquiera prestas atención, tu mejor amigo de la infancia, ese que está loco por ti pero ni te das cuenta: la democracia y la república.

Que la figura del Rey sea constitucional no significa una total correspondencia con la democracia. La parte constitucional que habla de la Corona considera que el Rey es una figura histórica que sirve de nexo de unión entre todos los españoles. Pero, ¿qué legitimidad tiene la Corona añadiéndole los últimos escándalos? A mi parecer, ninguna.

Mas si hay algo que caracteriza al amor platónico es la idealización, la ceguera. 

Argumentos como la mejora de las relaciones internacionales como consecuencia de la labor del Rey quedan cerca de la nada si se analizan detenidamente, y quedan completamente obsoletos si les sumamos las cuentas en Suiza.

Otra idea forjada en mentes monárquicas es que el Rey ha sido educado para desempeñar su labor como Jefe del Estado, mas, ¿es la educación algo ligado a la validez profesional de una persona? Claro ejemplo de ello son algunos políticos, con dos carreras y tres masters y no saben ubicar las provincias en un mapa. 

Pero al quarterback no le hace falta demostrar nada, tiene el afecto de sus fans ganado por y para siempre. 

“Felipe VI y la reina Letizia inician una gira por toda España en plena pandemia para mostrar su apoyo a las comunidades autónomas.”

¿Una gira? Si, había leído bien, un Jefe del Estado realizando una gira en plena pandemia. Tuve que releer el titular varias veces hasta que logré creérmelo.

¿Tiene esta gira algo que ver con las transferencias desde Suiza que el rey emérito realizaba entre 2008 y 2011? ¿Es este tour un descarado intento de ocultar los trapos sucios de la Casa Real y lavar su imagen? 

Algunos titulares: Suiza indaga una transferencia de 3,5 millones de la cuenta de Juan Carlos I a Bahamas, el rey Juan Carlos donó 65 millones de euros a su “amiga” Corinna Larsen en junio del 2012, el rey emérito realizó transferencias de 100.000 euros todos los meses desde 2008 hasta 2011... Podríamos decir que Juan Carlos es un patriota de los que esconde el montón. Ojalá hubiera nacido reina, debe ser un paraíso, fiscal eso sí.

El inconveniente para estos patricios es que, al final de la película, Sandy, o Corinna, acaba quitándose la venda de los ojos y elige como compañero sentimental al amigo de la infancia, al que pasaba desapercibido. 

Solo queda que tú, como telespectador de esta saga norteamericana, decidas de qué parte estás; o eres fan ciego del quarterback que se lleva los millones a Suiza o del inadvertido amigo que eternamente te quiso y que siempre estará de tu lado.

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