Opinión

Que ningún niño tenga que pasar por lo que mi hijo pasó

Sr. Director:

Quiero dar a conocer, el caso que mi hijo de 11 años ha vivido en la cantera del CF. Fuenlabrada, en la categoría de Alevín A.

Fue seleccionado en las pruebas de acceso para entrar en la cantera, por lo que se puso muy contento e ilusionado, pero fue comenzar con la pretemporada del equipo y esa ilusión le fue mermada, yo no le veía nada contento, el niño me iba refiriendo todo aquello que le causaba ese malestar y así empezaron todos sus problemas, jugaba siempre muy pocos minutos y un niño empezó a meterse con él, sólo por el hecho de ser el que menos jugaba, diciéndole que era muy malo y que esa era la razón por la cual no jugaba y que no entendía el porqué le habían cogido para el equipo, o que había entrado por enchufe o de rebote, o permitirse el lujo de darle ordenes y/o pautas en los entrenamientos y en los partidos.

Ante esta situación que no cesaba y debido a que mi hijo estaba cada día más desanimado, ya que no se sentía parte del equipo por las cosas que le estaban pasando, decidió acudir a su entrenador a referirle todo aquello que le estaba pasando con ese chico que no dejaba de molestarle y con la actitud del entrenador en no darle un lugar en el equipo y de no hacerle partícipe del mismo, comentándole así, su deseo de salir del mismo porque sentía que no valía para el fútbol, que todo lo que le decía era verdad y que él dejándole en segundo plano y no resolviendo los problemas de aquel compañero, avalaba la teoría del niño, que le dijo, que no tenía cualidades para jugar al fútbol y le preguntó el porqué le había seleccionado y el entrenador le dijo; que hablaría con este niño que se metía con él y referido al hecho de haberle seleccionado para entrar, le dijo que no estaba para cogerlo, y que le faltaba fondo, pero que lo hizo porque vio en él algo especial y que era el único que había apostado por él y que le pondría en forma y que indudablemente todos no iban a jugar los mismos minutos porque el club le exigía resultados, dándole a entender a mi hijo, que jugando con él no iba a tener dichos resultados. En ese momento el entrenador le llenó de ilusiones, que tiempo después vimos no cumplidas, diciéndole que no se fuera, que le daba una semana para que lo pensara, que le iba a dar más minutos y más oportunidades como a todos y que atajaría los problemas del vestuario. Tanto mi hijo como yo, decidimos confiar en sus palabras y se quedó en el equipo.

Empezó la liga y todo siguió igual, los problemas en el vestuario no cesaban, llegando incluso a agravarse, porque se unieron otros chicos al hecho gratuito de meterse con él, diciéndole siempre lo mismo y dejándole claro su situación de suplente y que lo era por ser tan MALO, llegó al punto de saltar al campo, porque no le pasaban el balón, a lo que los niños respondían que no lo hacían, por su condición de MALO y se permitían el lujo de reprocharle en el campo, sus errores como jugador, como si solo fueran suyos todos los cometidos en los partidos, se metían con sus botas de fútbol por no ser éstas de marca o de algún jugador famoso de la 1ª división, mi hijo se quejaba al entrenador casi a diario, y no encontraba ni consuelo, ni tampoco a esa persona adulta que era responsable de tener que haber actuado en consecuencia con todo ese abuso y también responsable del bienestar de mi hijo en ese momento.

La familia de Alejandro confiando en lo que el entrenador dijo en una primera reunión, creíamos que iba a dar solución sobre todo a los problemas de los insultos y al trato vejatorio que mi hijo recibía por parte de algunos de sus compañeros, nos hemos pasado meses animándolo, para que acudiera a los entrenamientos, a hacerle creer que los minutos para jugar, se tenían que ganar trabajando duro, a que le comentara todos los problemas al entrenador, porque era él y no otro, el que debería de erradicar toda situación de diferencia o denigrante hacía mi hijo, pero él chico decía, que era éste mismo el que le quitaba importancia y el que le generaba mucho de su malestar, por no haber cumplido nada de lo que en esa reunión con él le había dicho que haría. Mi hijo sentía que le habían engañado, porque él había cumplido todo lo que le pidieron; disciplina, seriedad, compromiso, interés y trabajo duro, pero sintió, que cumpliendo todo aquello que le habían marcado no había sido correspondido de la misma manera, porque se le dijo que cambiaría y no fue así.

Llegué a hablar con el papá del chico que más le molestaba, debido a que, en vez de parar el acoso, estaba aumentando y la respuesta solamente fue que, él no se metía en las cosas de su hijo porque eran cosas de chavales y no tenían importancia.

Lo último que sucedió, fue lo que hizo que mi hijo no quisiera acudir ni a entrenar y a los partidos. Le comento al entrenador, que el sábado 14 de Febrero no puede acudir a un partido porque teníamos una boda, el día antes de ese partido cuelga en el grupo del móvil que creó él mismo, para darnos toda la información del equipo, que por favor acudan todos los niños antes del partido de ese sábado, porque van a hacer la foto oficial del equipo, que ha sido informado por el club y así nos los hace saber, en ese momento me pongo en contacto con él vía whatsapp en privado y le refiero mi preocupación y mi interés, por poder llevar al chico antes de la boda, que hasta las 12 de la mañana puedo hacerlo y que me avisara por favor si así sucedía, su contestación fue que el primer equipo entrenaba hasta las 12 y que la foto sería más tarde.

Le comento mi descontento por la casualidad de no poder llevarlo y le refiero también que el chico necesita y debe estar en esa foto desde mi punto de vista, hago mucho hincapié y muestro mucho interés y le comento si no se puede hacer nada, porque no está contento y no se siente participe del equipo y dejándolo fuera de la foto se va a sentir peor, él contesta que siente mucho los chicos que no estén, pero que no se puede hacer nada.

El domingo, un día después de la foto, me entero que se hizo antes de las 12 de la mañana y me vuelvo a poner en contacto con él, diciéndole, que no me parecía justo que después de mostrarle todo mi interés, que no me hubiera avisado. Me dice, que era un compromiso mío y no suyo y que no era adivino para saber cuando el primer equipo dejaba de entrenar para saber cuando hacían la foto. Muy descontenta con su contestación, le dije que podía haber mostrado un poquito de interés en haberlo incluido en esa foto y que ya se sentía demasiado mal y apartado del equipo, como para que le hubiera excluido de esa manera tan desidiosa y deliberante y que desde mi opinión había errado desde el principio con mi hijo. No le gustaron nada mis palabras y se sintió ofendido, derivándome al coordinador de la cantera para que le expresase cualquier malestar o a coger la ficha de mi hijo en el momento que quisiera, que estaba a mi entera disposición. Le contesto muy dolida que así haré, que si arreglar cualquier desavenencia con él, suponía dirigirme al coordinador, así procedería y que lo de la ficha de mi hijo, me permitiera, pero eso me gustaría que fuera decisión propia del chico y no por sentirse mal, diferente o menospreciado. Decisión de abandonar que al final resultó forzada por la situación.

Al día siguiente, me dirijo donde él mismo me derivó, al coordinador de la cantera y le comento todos los problemas que mi hijo a vivido en el equipo y con su entrenador y lo de la foto, la contestación del coordinador referido a lo de la foto fue, que él no sabía nada de que había faltado un chico por una boda, porque de haberlo sabido, lo hubieran hecho cualquier otro día, que no me preocupase, que no había problema en volver a realizar la foto y que por supuesto el niño debería estar en ella.

Después de esta reunión con el coordinador del equipo, me insta a tener otra reunión con el entrenador para intentar solucionar todos los problemas, donde el coordinador está presente. Dicha reunión se lleva a cabo el día 23 de Febrero donde le expongo otra vez todo el malestar que mi hijo tiene y todos los problemas que el entrenador ha dejado que pasaran para con mi hijo y también la poca implicación, interés y compromiso que ha tenido con el chico, por no haberle escuchado, entendido, por haber quitado importancia a los problemas de los insultos de sus compañeros y con ello por no haber actuado, por no hacerle partícipe del equipo y por haberle dejado fuera deliberadamente de la foto oficial del mismo, lo que denota un total desinterés por un jugador de su plantilla, que en definitiva no es, más que un niño de 11 años, porque yo pude comprobar de primera mano que desde el club, no avalaban ese gesto y que hacían único responsable al entrenador del hecho de que el chico no esté en la foto oficial.

El día 24 de Febrero, acudo a las oficinas del Fernando Torres y les comunico al Director Deportivo y al Gerente del Club, mi decisión definitiva de abandonar el mismo, por todo lo que ha pasado mi hijo y sobre todo, por no haber reconocido el entrenador, que mi hijo ha sufrido muchos problemas ocasionados por algunos de sus compañeros y sobre todo con él mismo, negando absolutamente todo lo que ha dejado que pasara e incluso las palabras que delante de mí, le refirió a mi hijo, de que no estaba para cogerle porque le faltaba fondo pero aún así lo hizo, frase que creo que justifica lo poco que contaba con él y la poca implicación que tuvo y negando también su responsabilidad en el tema de que mi hijo no estuviera en la foto oficial. Debido a su total pasividad y no aceptación de ningún problema, decidí que mi hijo no volviera al equipo porque, no se puede mejorar ni cambiar lo que no se reconoce.

Desde el Club, me piden disculpas del hecho de que el chico no esté en la foto oficial del que todavía era su equipo, que llegarán al fondo de todo y depuraran responsabilidades.

Mi hijo ha sido el único perjudicado y no va a ser beneficiario de cualquier cambio que el Club ya me ha comunicado que realizará, como por ejemplo, revisar durante el año en activo el trabajo de los entrenadores, en vez de hacerlo acabado el mismo, para que por lo menos no haya discriminación con ningún chico, por eso me quedo un poco más satisfecha, si con todo esto puedo lograr que ningún niño tenga que pasar por lo que mi hijo pasó.

Gema | Fuenlabrada

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