Desde el día en el que Esperanza Aguirre dimitió como portavoz del PP en el Ayuntamiento de Madrid hace ya más de un año, el nombre de Pablo Casado comenzó a sonar con fuerza como posible candidato a la Alcaldía en las elecciones municipales de 2019. El expresidente de Nuevas Generaciones de Madrid iba ganando popularidad en la opinión pública y se colaba en todas las encuestas habidas y por haber, era el favorito.
La caída de Cristina Cifuentes hace dos meses no hizo más que confirmar que Pablo Casado estaba llamado a ocupar un puesto en la política madrileña de forma inmediata, en cuestión de unos pocos meses. Desde estas líneas me gustaría exponer cómo fueron acogidos estos acontecimientos por parte de la Dirección de Nuevas Generaciones en Madrid.
Como bien sabréis, Pablo Casado fue Presidente de Nuevas Generaciones en Madrid entre 2005 y 2013. Durante esos ocho intensos años y siempre bajo la protección de Esperanza Aguirre, Casado entabló una serie de amistades que no dudo que sean extraordinarias y de gran calidad en lo personal, pero indecentes en lo político.
Cuando dejó la Presidencia de NNGG Madrid en 2013, luchó a capa y espada para que su sucesor fuera su íntimo amigo Ángel Carromero, lo que hubiera sido un escándalo ya que un año antes había sido condenado a cuatro años de prisión en Cuba. Para solucionar la situación, se nombró Presidenta de NNGG a Ana Isabel Pérez Baos y Ángel Carromero se quedó con la Secretaría General, el segundo puesto en el organigrama, aunque siempre ha sido el que ha manejado absolutamente todo.
La gestión de Ana Isabel Pérez y Ángel Carromero al frente de la organización se ha basado en fulminar a las ejecutivas (de municipios y distritos) elegidas democráticamente por la militancia e imponer gestoras a dedo lideradas por amigos íntimos. El control que tienen Anai (como es conocida) y Carromero en la organización es absoluto, nada se mueve en NNGG sin que ellos se enteren, hasta las solicitudes de afiliación son miradas con lupa y solo son aceptadas cuando Carromero da el visto bueno. Esta acumulación de poder siempre ha contado con el aval de Pablo Casado, como no podía ser de otra manera.
Hasta aquí se podría entender que NNGG Madrid es una organización sectaria y dictatorial donde dos niñatos se reparten todo el poder sin la mayor intromisión en la vida del ciudadano. Lamentablemente no es así, y aquí viene lo más importante: los presidentes de distrito y de municipios de NNGG, desde estos puestos orgánicos donde han sido colocados a dedo, acceden a la Administración, bien como asesores de los concejales en los grupos municipales, de los diputados de la Asamblea, de los miembros del Gobierno Regional o como portavoces de distrito en la Junta Municipal. En algunos casos estamos hablando de sueldos que superan los 50.000 euros anuales para gente que apenas tiene en torno a veinticinco años y una formación académica más que cuestionable.
Desde el día que Aguirre dimitió y empezó a sonar con fuerza el nombre de Casado, Ángel Carromero fue alardeando que no tenía ninguna duda de que sería concejal si Casado era candidato a la Alcaldía. Esto supone que todos sus “amiguitos” ascenderían con él. Conocidas estas intenciones les dejo a ustedes que imaginen cuáles pueden ser los objetivos de Ana Isabel Pérez y Ángel Carromero si finalmente Pablo Casado acaba siendo elegido Presidente Nacional del Partido Popular.
Gonzalo Valiente | Madrid