Opinión

Wall Street les abre el paso a las criptomonedas y Coinbase se estrena con éxito

Por Moris Beracha

Lo que muchos pensaron que no podría producirse jamás, sucedió. Las criptomonedas continúan ganando su propio espacio en el mundo de las finanzas y Coinbase entró con paso firme en su nueva aventura para constituirse en una empresa pública que cotiza en la Bolsa de Tecnológica del Nasdaq.

La empresa, fundada por Brian Armstrong cuando contaba con menos de 30 años de edad, es hoy la líder en el mercado de las plataformas de negociación. Y para prueba es que inició operaciones bursátiles a un precio de 250 dólares por acción.

A esta firma le antecede su buena reputación por ser la única que gana dinero dentro del universo de las plataformas de negociación de las monedas digitales. De hecho, en lo que va de año, a pesar de la pandemia, tuvo ingresos por el orden de los 1.800 millones de dólares en los tres primeros meses, nueve veces más que en el mismo trimestre de 2020.

La resistencia del mercado y de aquellos que conservadoramente hacían un análisis superfluo sobre la sobrevivencia de esta nueva manera de invertir ha quedado de lado y más bien durante la pandemia por la COVID-19 hemos visto un exponencial crecimiento de la cotización de monedas digitales como el Bitcoin.

El símbolo diseñado para Coinbase en Nasdq es “COIN” y su salida al mercado de acciones ha hecho que la valoración de la empresa haya llegado a 85.780 millones de dólares. Su secreto para haber obtenido esta valoración de mercado es su popularidad entre los asiduos inversionistas de criptomonedas, pues esta plataforma les brinda una manera más fácil de intercambiar Bitcoins y otras monedas digitales.

El portal Dallas Morning News destaca que, a diferencia de muchas compañías públicas, Coinbase es rentable. La empresa calcula que tuvo ganancias entre 730 y 800 millones de dólares durante el primer trimestre de 2021.
El crecimiento que están experimentando las criptomonedas y sus plataformas es indetenible. De allí que la percepción que se tenga del mundo de hoy y de las maneras de invertir depende de cuán elásticos sean los paradigmas que cada inversionista decida poseer.

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