Este jueves el Congreso de los Diputados dejó a un lado su papel de máximo órgano del Estado para pasar a ser… ¡un patio de recreo!
En este pretexto vimos a un Pedro Sánchez (PSOE) exaltado, erigido como caudillo de la izquierda, que como su salvador debía llamar al orden y regañar a Unidas Podemos, que hasta el día de la investidura había sido su socio preferente, o lo que es lo mismo, que el niño de rojo estaba echando la culpa al de la camiseta morada como diciendo «yo no he sido», a lo que por supuesto Iglesias (UP) contestó con un «mentira, es culpa tuya, jo».
Y como en todo patio había también un niño faltón, que en este caso llevaba camiseta naranja y se llamaba Albert (C's), y que de no muy buenas maneras llamó a buena parte del Poder Legislativo "una banda", "son ustedes una banda", lo que viene a ser un «pues sois unos tontos» de toda la vida.
También había, por supuesto, profesores como Aitor Esteban (PNV), que regañó a Pedro y a Pablo por pelearse, y chicos populares que quieren ser amigos de todos, como Pablo Casado (PP), que incluso tendía la mano a Pedro Sánchez; no sabemos si en señal de amistad o «por postureo».
Todo lo narrado parece muy divertido, hasta que se nos vienen a la cabeza los cerca de 46 millones de españoles que seguimos sin gobierno y que vemos como estos niños de colegio montan un pollo tremendo en vez de hacer los deberes. Así que más vale que sigamos cada uno con lo nuestro, porque como tengamos que esperar a que éstos se pongan de acuerdo, nos quedamos sin país.
Adrián Borreguero