Opinión

La incertidumbre es el futuro

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En ausencia de intelectuales que aporten luz, tenemos docenas de tertulianos con sus “pequeñas verdades” que siendo ciertas en muchos casos, solo sirven para entretener al personal y tapar la verdadera realidad. La moderación hoy aburre.

Se sigue polarizando el discurso en torno a posiciones de “izquierda -  derecha” o “unidad nacional – estado plurinacional”, haciendo crecer unos polos cada vez menos fríos, alentados por mensajes de cada grupo de interés en los que ya no se distingue entre información y propaganda.

Ninguna de las soluciones que se requieren, algunas urgentes, se van a conseguir sin una mayoría amplia en el congreso y sin el consenso que precisan. No se pueden abordar las pensiones, el conflicto territorial, la educación o la lucha por el clima sin acuerdos suficientemente amplios.

La estabilidad y el progreso que nos trajo la transición fue posible gracias al acuerdo de una inmensa mayoría. Hoy hay medios escandalizados y otros polemizando porque los líderes de partidos diametralmente opuestos, hablen y se rían juntos (¿?).

El llamado pacto del abrazo, que en poco más de 24 horas, firmaron a bombo y platillo Sánchez e Iglesias está dentro de la normalidad democrática y sería bueno que funcionara ese gobierno para demostrar que la alternancia no solo es normal, sino deseable.

El problema es que no es posible, no suma para gobernar y da la oportunidad a algunos extremismos, no de colaborar con el gobierno, sino de aprovechar su debilidad. Tanta, que se convocan reuniones en polígonos industriales para darles la solemnidad que merecen.

¿Por qué Sánchez tomó ese camino en pocas horas sin contar siquiera con su partido? Porque cualquier otro era reconocer el fracaso de la convocatoria electoral  y volver a dar largas al asunto hasta llegar a unas terceras elecciones era un suicidio.

Cada año que pasa desde que Rajoy declinara presentarse a la investidura en 2016, la situación es más difícil y crispada. Hubo una oportunidad en Abril con el posible acuerdo PSOE – C’s, que el ego de los personajes no permitió plantear, y esa crispación continuará aumentando con soluciones como la que ahora se está negociando con ERC.

Si se reflexiona, hay un nombre que es común denominador en la inestabilidad de estos últimos 5 años. En todas las situaciones ha tenido, por pasiva o por activa, la llave de una solución que no tomó por motivos personales, no de interés de estado. Esa es la realidad. Todas las demás pueden ser influyentes pero no determinantes.

No creo que el gobierno que pueda venir, sea más o menos social, o tenga tantos o cuantos ministros de PODEMOS represente un problema para nadie, excepto para retrógrados y alarmistas. Ese gobierno se puede cambiar como se han cambiado otros cuando ha hecho falta. Lo grave es que para conseguirlo se dependa de personas y partidos a los que únicamente les interesa la debilidad de ese gobierno para avanzar en sus exigencias.

El pasado viernes día 6, 7 de nuestros presidentes autonómicos y 8 de los partidos que tres días antes habían “jurado o prometido” acatar La Constitución, si es que lo hicieron porque eso tampoco está claro, no estaban interesados en la efeméride. Aprovechó alguno de los “prometientes” acompañado de sus seguidores, para quemar ejemplares de La Constitución en Barcelona.

Hoy el líder del BNG afirmaba en un canal de televisión que El Rey tiene mucha culpa de la situación política porque se puso al lado de “una parte” tras los incidentes del 1 de Octubre en Cataluña.

Según algún medio de comunicación de calado, todo  eso forma parte de la libertad de expresión.
O empezamos a estar todos locos o va a ser verdad que España lleva 5 siglos siendo una nación en contra de la voluntad de la mayoría de sus habitantes.

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