Opinión

Fusión CaixaBank y Bankia: ¿sienta un precedente en Europa?

Por Moris Beracha

Con un valor de mercado estimado en conjunto de unos 16 millones de euros (18.960 millones de dólares) marcha adelante la fusión de las instituciones financieras CaixaBank y Bankia, lo que marcara el inicio del mayor banco privado español.

El nuevo banco tendrá unos 600 mil millones de euros en activos. Hasta hace poco eran bancos rivales y esta negociación ofrece la posibilidad de llevar a cabo una importante reducción de costos, y más en esta época post pandemia, en la cual los índices de morosidad se han disparado, ocasionando algunas complicaciones en la salud financiera de la banca española y mundial.

61,8% de las acciones de Bankia pertenecen al Estado español, mientras que la Fundación Bancaria La Caixa posee 40% de CaixaBank. La negociación sienta un precedente en Europa, sobre todo en España, donde se pronostica que otras instituciones financieras inicien también procesos de reestructuración y fusión en aras de ser más eficientes financieramente. El impacto para el resto de la región aún está por verse.

De esta manera, los otrora líderes de la banca española Santander y BBVA serían suplantados del primer lugar del ranking bancario de ese país en lo correspondiente a activos, ya que el nuevo banco absorberá 30% de la torta del mercado. Sin embargo, las otras instituciones seguirían siendo más grandes, debido a su presencia internacional, especialmente en América Latina.

Aunque se habla de fusión, realmente fue una absorción por parte de CaixaBank, que es casi tres veces mayor que Bankia en capitalización y el doble en lo que respecta a activos. Ambos bancos suman más de 23 millones de clientes, unas 6.700 sucursales y una plantilla cercana a los 51 mil empleados.

Según los pronósticos, en la búsqueda de aumentar los márgenes de rentabilidad, se prevé un periodo de ajustes que conducirán a importantes recortes de personal, entre prejubilaciones y rescisión de contratos, lo que afectará a unos 8 mil trabajadores. También serán reducidas unas 1.400 oficinas.

Ya los accionistas dieron luz verde. Comienza el verdadero reto. Más que la fusión de dos entidades es tratar de convertirla en una llamada CaixaBank. Es la marca que finalmente prevalecerá. En este proceso se tratará de implantar, más allá de un nombre, una cultura corporativa, una identidad, y el respaldo de cientos de miles de clientes.

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