Opinión

El verdadero resultado serán los pactos

Cada resultado electoral permite tantas lecturas como necesidades tienen los que se presentan.  Hasta hace poco, con la aparición de nuevas opciones, sabíamos quien había ganado y quien había perdido, a pesar  de la particular visión de los resultados que nos daba cada líder.

Hoy, con los resultados de las elecciones del 28 de Mayo encima de la mesa, queda en suspense la gobernabilidad en muchos municipios, algunas comunidades, la investidura del presidente, la estabilidad del futuro gobierno y, desde hoy, hasta la aprobación de los presupuestos en Andalucía. 

Todo ello, con cuatro años teóricamente por delante, sin tener que rendir cuentas al electorado de las diferencias entre lo que se prometió en campaña y los beneficios que determinados pactos pueden traer a cada formación política. A no ser que ahora, esperen al resultado de las gallegas y vascas del próximo año para tomar posiciones definitivas.

Vamos a asistir a un carnaval de eslóganes prefabricados que cada partido utilizará como la máscara más conveniente para él,  según lo que esté en juego, en cada baile. 

Bien está para los municipios, en los que la cercanía de cada candidato agranda o empequeñece su imagen al margen de las siglas del partido. Tenemos en nuestra ciudad un ejemplo muy cercano y elocuente.

Para áreas de poder más amplias, después de casi  cuatro años sin un gobierno que haya podido aplicar un programa efectivo de gobierno por falta de estabilidad parlamentaria, me temo que asistiremos a un baile de bloques con las excepciones necesarias para confirmar la regla.

Sería un sueño pensar que las cuatro fuerzas políticas que componen más del 80% de la cámara, alcanzasen acuerdos para los retos que es ineludible afrontar consensuando la forma de hacerlo.

Como decía Ortega, “cuando una sociedad se consume víctima de  particularismos,   puede afirmarse que el primero en mostrarse particularista fue el poder central”.

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