Opinión

10N: Ir a por lana....

Debo declararme manifiestamente incompetente para entender, a la luz de la lógica, lo que está ocurriendo desde la noche del pasado 28 de Abril. Si me dicen que nuestros ínclitos diputados han sido abducidos por seres extraños de otro mundo con una lógica distinta a la nuestra, me lo creo.

El escrutinio de votos decía que el bloque de izquierda sumaba y se había superado la amenaza de VOX sin que la suma de PP y CS diera para otra cosa que discutirse el liderazgo de la oposición. Incluso sin su abstención salían las cuentas.

Misión cumplida, pensamos muchos. Al partido ganador le sobraban opciones para construir una mayoría parlamentaria. 

Sólo con entenderse con su socio preferente y las tradicionales ofertas económicas a algún partido con nación propia, daba para echar a rodar un proyecto de legislatura. Si a eso le añadimos que algunos partidos nacionalistas, por razones judiciales, no querían ni imaginar un gobierno de derechas y ofrecían apoyo gratuito, era pan comido.

Pero las elecciones ya no son un mandato del pueblo a sus representantes electos para gobernar. Son una encuesta más, que puede repetirse si al ganador no acaban de convencerle los resultados.

Las sonrisas en la bancada socialista al terminar la fallida sesión de investidura me dejaron perplejo. ¿Qué celebraban? Pues sí, celebraban la victoria en el relato. La extemporánea oferta de Pablo Iglesias de no sé qué políticas activas… a cambio de no sé qué ministerio… que mejoraba sus posibilidades de gastar, le puso marco al esperpéntico cuadro.

¡Qué inocencia la mía! No había entendido que la sesión de investidura era una baza para justificarse y echar al contrario la culpa de la propia incompetencia.

Lo importante no es ya la verdad, esa no la conocemos. Ni siquiera lo que vemos o interpretamos. Miles de especialistas, comunicadores, gurús y, sobretodo tertulianos, van a encargarse de hacernos ver que lo vivido tiene que entenderse en la forma en que lo entienden ellos.  

Después de más de cuatro meses de un show mediático propio del País de nunca jamás, faltaba el Capitán Garfio para completar la escena y aparece, cuando ya no toca, el diputado Rivera haciendo ruido con la primera flauta que encuentra a mano.

Después de este espectáculo, nos obligan a votar de nuevo a exactamente los mismos protagonistas del 28 de Abril y responsables de este disparate. Bueno, Casado puede que no se afeite la barba para llevar algo diferente al evento.

En estos días he leído una reflexión que atribuían a Rubalcaba, que ilustra la inacción de Sánchez: “Es difícil convencer a alguien de que baje por la escalera, si cada vez que salta por la ventana cae de pié.” 

Son tantas las huidas hacia adelante que le han salido bien al presidente en funciones que es comprensible que confíe en encontrar el 10 de Noviembre la lana que necesita para ampliar su manta. Pero, ya sabéis lo que dice el refrán, puede que se esté haciendo la cama él mismo.

Hubo un ultimátum a Iglesias avisándole de que la investidura de julio era su última oportunidad de estar en un gobierno de coalición, y parece que va a cumplirse. Esperemos que no se cumpla la que hizo el propio Iglesias cuando le dijo: “Usted será presidente ahora o no lo será nunca”.

Comentarios