Opinión

Sobre todo, no os signifiquéis

Shakira le dedica su última canción a Piqué
photo_camera Shakira le dedica su última canción a Piqué

Mi querida tía "Nanu" mujer que encarnaba el optimismo, la bondad y la simpatía, siempre con la sonrisa puesta, nos decía cada vez que íbamos a casa de un novio/a o amigo' o a comer a casa de alguien: "Sobretodo, no os signifiquéis". Quería decir con ello, que no desentonáramos con el paisaje humano. Aquello de "allá donde fueres...". 

Su empeño era que no llamáramos la atención más de lo necesario, ni por exceso ni por defecto y que nos mimetizáramos con el entorno. Qué no desentonáramos, sin dejar de ser nosotros mismos. Pura acrobacia social. Jamás oí a mi tía "Nanu" hablar mal de nadie. Era incapaz. Y así fue hasta el día que se fue al cielo de las disfrutonas y risueñas. Feliz. 

Cantaba  el maestro Alejandro Sanz en un hábil juego de palabras que "La música no se toca". Se refería, hasta dónde alcanzo a interpretar, a que la música le parece algo tan noble y sagrado que sería un crimen profanarla con desagravios sentimentales y aquelarres conyugales. 

La música está para trasladarnos a lugares, a sensaciones, a vivencias en las que nos reconozcamos de nuevo. Debe ser balsámica y sanadora. 

Cuentan los protagonistas de una de estas historias de "recados" musicales a terceros que nuestro entrañable José Luis Perales, cantante tardío y compositor prolífico, compuso aquél famoso tema de "¿Y cómo es él?" para que la cantara Julio Iglesias, tras ser abandonado en la cuneta amorosa por la seductora Preysler, quién ya había posado sus filipinas artes amatorias en el “noble" Carlos Falcó. "¿En qué lugar se enamoró de ti?

No es difícil por otra parte, imaginar a qué dedicaba el tiempo libre el atribulado señor marqués, amén de participar en alguna montería y el obligado alterne con lo más granado de nuestra sociedad. Nobleza obliga.

Siendo Perales un tipo campechano, de los auténticos", no al estilo de nuestro emérito, sus letras distaban mucho de ser como los poemas de Lope de Vega, pecando si acaso de simplista, bona fide y un toque naive. Elegante. Demasiado como para utilizar la música como vehículo de desagravio de nadie.

A su favor cuenta el que nunca osó componer un tema para hacer sangre con los sentimientos ajenos. 

Esas mismas fuentes cuentan que Julio Iglesias, en un gesto elegante se negó a cantarla, pues debió pensar que poco aportaba a su ya exitosa carrera, por lo que Perales la hizo suya desde entonces. Se convirtió en uno de sus "hits". 

Es una pena ver cómo este país hace tan mal uso de esa libertad de expresión por la que tanto lucharon nuestros padres. 

Cuando uno sin querer, pone el canal equivocado y aparecen "Jorge Javieres" por doquier pagando a cualquieras por contar secretos inconfesables de antiguos amores, a uno se le "escarpian los pelos". Siempre hay una prima de una cuñada que sirvió en casa del famoso de turno, que guarda un bomba informativa, que por supuesto, atenta contra la moral más laxa. 

Mayordomos en bajas horas que necesitan hacer caja, ex-guardias civiles, tonadilleras, y otros seres dejan sus ocupaciones profesionales para copar unos minutos de prime time íntimo en programas de strip-tease emocional, para engordar sus famélicas cuentas bancarias. 

Uno cambia y cambia de canal esperando ver un programa del corte de " La Clave" donde reinaba el buen gusto por la tertulia y el cine. Hoy las plataformas y sus series de 18 temporadas han fagocitado a muchos de los presentadores que se frotaban las manos con los shares conseguidos.

Ya han quedado destronados los concursos de sabiondos, los programas que ahondan en las pequeñas miserias de los famosillos. 

También han perdido fuelle los concursos en islas paradisíacas en los que se van a 2.000 kms para hablarse entre ellos de forma soez y chabacana, cual contertulios de un bar de pueblo de la España vaciada. Casi habría sido más productivo montar la misma jauría humana en el Camino de Santiago, por poner un sitio más cercano y espiritual.

Poco nos queda en la parrilla digno de aguantar un asalto de una tarde de domingo cualquiera.

Yo, por mi parte, aún confío en que Shakira pare aquí y no tengamos una segunda parte de "Las despechadas cantamos a la par que facturamos". 

A buen seguro que las mujeres como ella facturan aunque sea a costa de aquellos con quien compartieron vida y familia. Eso no es facturar. 

Es mercantilizar el amor. 

Lastima que Shakira no tuviera una "Tía Nanu" que le dijera: 

"Hija, sobre todo, no te signifiques".

Pues oye, ni caso…

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