Los agentes, ante las condiciones presentadas por el animal, procedieron a la incautación provisional del mismo y fue propuesto a sanciones administrativas por llevar al perro sin bozal, sin permiso ni seguro y de manera negligente en la vía pública.
Los agentes acudieron requeridos por una discusión entre los propietarios de dos animales domésticos que supuestamente se habían peleado. Una vez en el lugar relataron a los policías que un varón había agarrado a su propio perro por la cabeza y le había asestado fuertes puñetazos de manera violenta, comenzando este a amenazar y a esputar contra los viandantes que le recriminaban su actitud.
Cuando los agentes localizaron al varón y comprobaron las lesiones que presentaba su animal le requirieron la documentación hizo caso omiso y agredió a los agentes para tratar de huir, siendo arrestado finalmente tras conseguir reducirle.
Fue puesto a disposición de la autoridad judicial como presunto autor de un delito de maltrato animal y otro de resistencia y atentado a los agentes de la autoridad.